domingo, 16 de agosto de 2015

Y lo peor no son los 40 millones...


Al Valencia” ultra profesional y dirigido como una empresa” que se nos vendió con la llegada de Lim se le empiezan a ver las costuras. El Valencia prometido tras años vagando por el desierto no deja de ser muy parecido al desierto del cual procedimos, cual pueblo de Israel el valencianismo ha abandonado el desierto egipcio para llegar a Palestina, que viene a ser más desierto, solo que algo más al norte y sin tener que ser esclavos del Faraón, o de Bankia, según el caso.

Y es que el problema no es Otamendi, ni los 40 millones, ni la llegada de Mangala cedido en forma de parche, ni las sumas y restas que queramos hacerle a la cifra para hacerla aparecer el respetable. El problema es que el discurso del Valencia profesional y trabajador que se nos vendia, la gestión del S. XXI que llegaba de la mano de Peter Lim, se ha derrumbado como un castillo de naipes a la primera llegada de una oferta seria por algún activo del equipo.

Me explico. El problema no es que Otamendi tenga que salir, ni siquiera el malo en estos momentos es el argentino. Es lícito que Nicolás mire por sí mismo y busque una mejora profesional, que no es solo económica, recordemos que se va al Manchester City, favorito para la Premier. La cuestión es que como institución el Valencia ha perdido algo más que un buen central y 10 millones de euros en la operación.

Has empezado por perder prestigio, tras gritar a los siete mares que el jugador solo saldrá por 50M, aunque ahora algunos hablen de una mala traducción a Lay Hoon… La verdad es que si llevas tres meses defendiendo que tu posición es la que es y que el jugador solo saldrá si se paga la cláusula vender por debajo de dicho valor, aunque la venta sea más que correcta a nivel económico, es una bajada de pantalones. Y no ante el City, sino ante el propio jugador que ha jugado sus cartas mejor que tú.

Y Otamendi ha jugado sus cartas mejor que tu porque ha sabido jugar con los nervios del club y con lo mucho que el Valencia se juega frente al Mónaco. A solo tres días de jugarte la vida su presión para no jugar la previa ha funcionado ante el miedo del equipo a verse sin central top en el partido más importante de la temporada.  Pero que el jugador te la juegue de esa manera es culpa tuya, no de nadie más. No prever que esto podía ocurrir y tener maneras de solucionarlo, desde la llegada de otro central antes de la salida de Otamendi hasta haber realizado la operación hace un mes es un error tremendo. ¿Dónde está el profesionalismo que nos vendían? Porque a mí esto me sigue oliendo a salto de mata y gestión de casal fallero.

Y que no nos cuenten milongas de que no era posible tener cerrado un refuerzo antes de la salida de Otamendi. Lim el año pasado avanzo 100M para fichar, aunque al final fueran para fichar jugadores con los cuales su amigo Mendes gana dinero, así que no me creo que este año no fuera posible avanzar el coste de un jugador y recuperarlo cuando el Valencia vendiera a Otamendi. No es lo mismo negociar con Garay en la plantilla que con Vezo, sin querer menospreciar al portugués.

Mención aparte merece la gestión de los tiempos. Has tenido un mes y medio para hacer las cosas bien y haber sacado a Otamendi del equipo sin problemas y con rapidez. Tanta espera solo tendría sentido por dos motivos: la continuidad del argentino o la salida por la cláusula. Esperar tanto tiempo para acabar vendiéndolo como se ha vendido no es más que un error. A falta de tres días para la previa te ves sin tu mejor jugador y lo que es peor, sigues crispando el ambiente.

Resumiendo, la cuestión al final no es la venta o no de Otamendi, la cuestión es que todo lo que rodea a la operación nos indica que el equipo sigue gestionándose como hace unos años. Todo el buen hacer de la época de Salvo y Rufete, con una planificación seria y las cosas pensadas y reflexionadas ha dado lugar a una gestión de improvisación y reacción a problemas, sin verlos venir. Y todo esto es peor que la salida de Otamendi, porque con Mathieu y sus 20 millones tenía la seguridad que se invertiría con cabeza, en estos momentos, tengo mis dudas. ¿Tenéis controlados que jugadores tiene Mendes por ahí para empaquetarnos por ese dinero? Daros prisa, que nos coge el toro.

lunes, 10 de agosto de 2015

Nuno se ha creado un problema


Lo reconozco, no me gusta Nuno, pero no es algo que venga de nuevo, no me gustaba desde un principio ni jamás consideré que tuviera nivel para entrenar al Valencia. Lo siento, una final de la Taça de Portugal con el Rio Ave no es un merito suficiente para entrenar en Mestalla. Aunque bueno, todos sabemos que los méritos de Nuno hay que buscarlos en sus contactos y su buena relación con Mendes y no sobre el césped.

Por supuesto, el odio a Nuno en la afición, y la pitada del otro día no tienen que ver con su falta de méritos para entrenar al equipo, sino que esta relacionado con todos los problemas relacionados con la salida de Rufete y Salvo del equipo. Este es el primer error estratégico de Nuno, no supo valorar a quien podría ponerse en contra con su ofensiva contra ellos, porque seamos sinceros, el apoyo de Mendes y Lim servirá de poco si Mestalla dicta sentencia (y parece que ya lo ha hecho) contra el entrenador portugués.

Por supuesto, si el balón entra y el equipo empieza a ganar partidos lo que Nuno hiciera o dejará de hacer nos va a importar mucho menos, como mínimo a una gran mayoría, siempre habrá gente que no perdonará lo del verano, pero bueno, hay gente que sigue añorando a Quique Sánchez Flores… El problema, es que el balón parece que no tiene mucho interés de ayudar al portugués y el equipo en vez de evolucionar, como era de esperar tras un año más con el mismo bloque, ha involucionado, y esto si que es criticable.

Eso si, también puede ser que esta involución no sea real. Le leí el sábado en Twitter a @Consensador una reflexión que me parece muy interesante, así que procedo a compartirla con vosotros: “En los resultados del año pasado de Nuno para mi hubo mucho humo, poco juego y mucha suerte.” Esto es algo que también hay que valorar de cara a lo que nos ha ofrecido al pretemporada, quizá el año pasado se logró el objetivo (de milagro y sufriendo como perros contra un descendido, no lo olvidemos) pero ni mucho menos las sensaciones fueron las mejores. Que si, que pasado un tiempo quedan los resultados y no las sensaciones, pero es algo que hay que tener en cuenta.

Creo que los pitos a Nuno del sábado no están justificados, aunque reconozco que le pite, pero lo hice por lo explicado arriba, como también pite a Emery en su momento, Nuno no me gusta como entrenador, creo que no merece estar aquí y que el proyecto que Lim desea realizar estaría mejor en manos de alguien con un mayor bagaje y experiencia. El problema con la pitada del sábado es que no tiene nada que ver con sus habilidades, sino simplemente con su ataque a dos baluartes de la afición como Salvo y Rufete.

Y ese es el problema, que el análisis se queda ahí, parece que para algunos medios, sobretodo los que escuche tras la presentación, lo más importante sigue siendo la salida de ellos dos y no el juego del equipo. El Valencia necesita volver a focalizarse en el juego, en el césped, y empezar a ver que falla sobre él y porque la Roma te paso por encima. Veo muchas críticas a Nuno pero ninguna centrada en el futbol, que es por lo que debemos valorarlo.

Yo salí de Mestalla con muchas dudas, sinceramente, sobre el juego del equipo. Os dejo algunas, porque creo que es algo que hay que analizar. La primera es Enzo Pérez, ¿Qué aporta al equipo? ¿Qué le ve Nuno? No entiendo su entrada en el equipo titular en detrimento de Javi Fuego. El equipo, sin el asturiano, tiene menos equilibrio, se parte y defiende peor. Entiendo que Enzo costó lo que costó y hay que justificar su fichaje, pero si no sirve para jugar debe quedarse fuera. La segunda esta relacionada con el ataque, ¿Tenemos algún argumento ofensivo más allá de los centros al área? El sábado, quitando momentos aislados en algunos contraataques, cuando el Valencia atacaba en estático se limitaba a abrir el balón a un costado y centrarlo buscando la cabeza de un Paco Alcacer que es muy bueno, pero que dista de ser un baluarte aéreo. ¿No hay nada más? ¿Este es todo el futbol que es capaz de desplegar el Valencia? Y muchos más problemas que tiene un equipo donde el único que demostró algo y rindió es Otamendi, alguien que seguramente no empezará la Liga en Mestalla (que ojalá que lo haga) y al que la mitad de la afición le tiene tirria por hacer algo tan legitimo como querer ganar más dinero por su trabajo.



Creo que el Valencia tiene problemas, graves, a nivel de juego, y que nos jugamos la vida en solo nueve días. Creo que el análisis ha de ir más allá de lo extradeportivo y focalizarnos en el césped. Tampoco concuerdo con el discurso que parece afirmar que ver problemas en el Valencia es ser un mal valencianista y criticarlos es poco más que ser el diablo. Pero, pese a ello, los arboles no dejarán ver el bosque y se seguirá dando vueltas a lo mismo una y otra vez.

Y es que Nuno se ha creado el solo un problema, se ha puesto en contra de la afición por unos motivos completamente extradeportivos y que le complicarán su año en el banquillo de Mestalla. Pero no debe quedarse en ello, debe ir más allá, debe buscar el amor de Mestalla en los resultados, y no parece que vaya a ser capaz de conseguirlo. No estar en el sorteo de Champions a finales de mes será una hecatombe que marcará la temporada, y creo que es una opción más que plausible viendo el juego del equipo. Y esto es culpa de Nuno, este es su principal defecto, aunque tonterías como las de Salvo y Rufete sean las que se le echen en cara.


Y fichemos algo, por dios, antes de que acabe el día, no sea cosa que el Mónaco al final nos eche y nos lamentemos toda la temporada.

viernes, 7 de agosto de 2015

Clark Gable, aviones y un billete


Si algo suele ocurrir cuando tienes un blog como este es que distintos amigos te suelen comentar curiosidades que ha descubierto para que las cuentes en tu blog, es algo que me ha pasado más de una vez y una parte de las historias que cuento vienen de cosas que he oído. Lo que viene a continuación es un ejemplo perfecto de esto. Esta historia viene vía @SerphKun, un buen amigo que la vio en uno de los múltiples programas de empeños que ahora llenan la televisión.

Esta entrada trata sobre Clark Gable, quizá uno de los primeros galanes del cine, aunque en este caso no vamos a hablar de su faceta como actor, sino de su faceta como soldado. Porque Gable, aunque no le correspondía por edad, combatió en la Segunda Guerra Mundial. Y digo combatió, no como otras celebridades como Elvis, que se alistó en la Guerra de Vietnam por pura propaganda, no, Clark Gable estuvo en el frente y disparo un arma durante la Segunda Guerra Mundial.
Cartel del film "Combat America"

Gable, cuando se alistó en 1942, contaba ya con 41 años y un renombre importante en el cine, con películas como “Sucedió una noche” (1934) que le valió un Oscar al mejor actor, o “Lo que el viento se llevo” (1939). Por tanto los motivos de su entrada en el ejército, que en aquel momento seguía siendo voluntaria (no seria obligatorio en EEUU hasta la Guerra de Vietnam, donde su impopularidad y las derrotas obligaron a realizar levas), hay que buscarlos en otro lugar. Este lugar es la muerte de su tercera esposa, Carole Lombard, en 1942 en un accidente aéreo.

Curiosamente Gable se enroló en la fuerza aérea, quizá como homenaje a su mujer, y llegó a Inglaterra en 1943, tras cumplir su formación como Teniente para participar en los bombardeos que los aliados lanzaron sobre la Francia ocupada. Combatió en el “351st Bomb Group” en Polebrook, a bordo de un B-17 y participó en distintas misiones sobre suelo francés. Obviamente también aprovechó el tiempo para filmar la película de propaganda aliada llamada “Combat America”.

Y antes de terminar con esto un par de curiosidades. Por un lado destacar que la historia la conozco porque una mujer fue a vender a la casa de empeños un “Short Snorter” firmado por Gable. Esto es, en resumidas cuentas, un billete de dólar que era firmado por todos los miembros de una compañía (o de una escuadrilla en este caso) antes de entrar en combate como un amuleto. El nombre viene, obviamente, de una bebida, un pequeño chupito que se tomaba tras firmar el billete.

El "Short Snorter" de Clark Gable
Y para finalizar un pequeño apunte, no completamente probado, pero bueno, que es una curiosidad que hay que destacar. Se cuenta que cuando Hitler descubrió la entrada de Gable en la guerra ofreció una gran recompensa para cualquier soldado alemán que lograra capturarlo con vida, ya que era un fan del actor. Esto, como he dicho, no esta probado, pero es algo que me gusta comentar.

jueves, 6 de agosto de 2015

La resistencia a los torpedos de Wykeham-Musgrave


Antes de nada me gustaría dedicar esta entrada a todos y cada uno de los que ayer me sacaron los colores diciéndome lo que les gusta el blog, así que, @Consensador, @LoboVCF@TheCharlieOne_ y @ferretyvcf, mil gracias.

Hoy, como he hecho otras veces, os voy a invitar a un pequeño viaje en el tiempo para contaros un hecho de armas prácticamente increíble. Y es que si algo tiene la guerra es que genera extrañas situaciones que acaban resultado en anécdotas que dan mucho juego a los que tenemos un blog dedicado a estas pequeñas historias como un servidor. Y si, esta historia va a ser más curiosa que la de aquel hombre que mataba nazis con un arco. ¿No me creéis? Veréis, veréis…
                                                        
En este viaje vamos a dirigirnos a un momento y lugar muy concretos de la historia. El día, el 22 de Septiembre de 1914, el lugar la costa del Mar del Norte cercana a los Países Bajos. Europa lleva, en estos momentos, un mes y tres semanas en plena Primera Guerra Mundial y aunque la ofensiva alemana ya ha sido detenida en el Marne la batalla en el mar acaba de empezar y ese día va a dar un giro decisivo, que acabará decidiendo la contienda. Un submarino alemán, el U-Boat U-9, bajo el Kapitänleutnant Otto Weddigen hundió tres buques ingleses, el HMS Aboukir, el HMS Hogue y el HMS Cressy a golpe de torpedos en menos de una hora. Esta gran victoria, la primera del arma submarina alemana en el mar, cambiaría la guerra para siempre.

El Kapitänleutnant Weddigen

Pero esta historia no trata sobre la victoria alemana o su confianza en los submarinos para ganar la guerra, lo que le acabaría costando la derrota, no. Esta historia trata sobre una de las victimas del U-9 y su capacidad para ser inmune a los torpedos. Como lo oyen. Inmunidad total. Hablo del Midshipman Wenman Wykeham-Musgrave, un oficial cadete de la Royal Navy, cargo semejante al Guardiamarina en España, y en aquellos momentos a bordo del HMS Aboukir.

Aquella mañana de Septiembre Wykeham-Musgrave, nacido el 4 de Abril (comparte fecha de nacimiento con quien les escribe) de 1899 en Barford, Reino Unido y que tenia por tanto 15 años en aquellos momentos, entró en la historia por un hecho sorprendente que les narrare a continuación. A las 06:20 de la mañana el primer torpedo del U-9 alcanzó el HMS Aboukir que empezó a hundirse. Ante el terrible final que se avecinaba el capitán del buque pidió a los hombres del HMS Hogue y el HMS Cressy, que patrullaban junto a él acercarse lo máximo posible para poder evacuar el barco.

Hundimiento del HMS Aboukir

Cuando el HMS Hogue se acercó al buque que se hundía descubrió que había sido objeto de un ataque con torpedos y ordenó al HMS Cressy buscar un periscopio mientras recogía del frió Mar del Norte a los supervivientes del buque hundido. Uno de los que lograron subir a bordo fue Wykeham-Musgrave tras acercarse nadando desde los restos de su antiguo buque. Pero justo en el momento en que alcanzaba la cubierta de su rescatador, a las 07:20 de la mañana, y aprovechando que el buque estaba parado para recoger a los supervivientes, el U-9 lanzó de nuevo dos torpedos, condenando al HMS Hogue.

Era el segundo trofeo del día para el U-9, pero no seria el último. A pesar de ello tuvo problemas para cobrarse su tercera victima ya que al verse liberado del peso de los torpedos que había lanzado salió a la superficie y fue visto por el HMS Cressy, que trató de hacer fuego contra él. Pero su efectividad combativa era baja ya que debía mantenerse estático para recoger a los supervivientes de los naufragios de sus dos buques hermanos. Uno de los supervivientes fue, de nuevo, Wykeham-Musgrave, que nadando había logrado alcanzar la salvación en el HMS Cressy. Pero nada más lejos de la realidad, el tener que mantenerse estático facilitó el trabajo del U-9, que se sumergió y  disparó dos nuevos torpedos que impactaron y condenaron al buque a las 07:55 de la mañana.

El HMS Cressy

Esta vez Wykeham-Musgrave no tenia otro buque al que huir, tras ser hundido por tercera vez en menos de una hora, pero encontró un trozo de madera a la deriva y pudo esperar hasta que los buques de pesca holandeses e ingleses, encargados del rescate de los marineros, llegaron a la zona y el oficial cadete fue repatriado a su país, donde siguió combatiendo, llegando incluso a hacerlo en la Segunda Guerra Mundial.

En ese enfrentamiento naval el U-9, él solo, con unos torpedos defectuosos como eran los alemanes del inicio de la guerra, logró enviar al fondo a tres buques de guerra ingleses llevándose por delante a más de 1400 personas. Alrededor de 600, por el contrario, fueron rescatadas, siendo una de ellas Wykeham-Musgrave. ¿La diferencia? Que él logró subir a los tres buques antes que se hundieran, es decir, naufrago tres veces en una hora, un curioso record que sigue conservando.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Lucarelli, conciencia de clase en Livorno


Hablar de Cristiano Lucarelli es, en mi caso, hablar de una serie de sentimientos enfrentados. Lucarelli entró en mi vida, como la de muchos otros, en 1998, cuando de la mano de Claudio Ranieri llegaba al Valencia para convertirse en el primero de los muchos jugadores italianos que el entrenador traería al club en sus dos etapas. Jugadores que, quitando Moretti y una buena temporada de Di Vaio, jamás llegaron a adaptarse a la Liga ni a demostrar lo que si que habían demostrado en el Calcio.
Lucarelli, como Corradi, que llegaría en la segunda etapa de Ranieri en Valencia, era un delantero tanque, grande y dominante, y que había demostrado calidad en el Calcio, sobretodo en la Serie B. Era una apuesta de futuro, y parecía que pudiera triunfar, pero su aventura española solo duro un año y es que en un equipo que vivía de rapidez y balones largos para que corriera el Piojo López no tenía sitio. Pero si algo tuvo bueno su estancia en Valencia, además de la conquista de una Copa del Rey, es que le abrió las puertas de la Serie A en su país.
Su marcha hizo que me olvidará de él y la verdad es que le perdí la pista hasta pasados unos años. Su fracaso en Valencia me hizo creer que era un futbolista flojo y como si fuera el “Playboy Tavano” se convirtió en otro italiano que nos habían colado. Pero la historia de Lucarelli va más allá. Tras su salida del Valencia jugó cuatro temporadas en la Serie A repartidas entre Lecce y Torino, con buenas cifras goleadoras, hasta que en 2004 pasó de ser un buen delantero a ser un mito.
En 2004 Lucarelli cambió de equipo y ficho por el Livorno. Pero esto no era un traspaso más, era un traspaso a su ciudad, volvía al Livorno. No solo era importante porque Lucarelli volvía a casa, sino porque lo hacia a un equipo que acababa de ascender a Serie B. Esto es importante, tras destacar durante cuatro años en la primera división y tener la oportunidad de optar por un gran contrato Lucarelli decidió renunciar a ello y volver al equipo de su ciudad para competir en segunda división. ¿Los motivos? Más abajo.
Livorno es una ciudad italiana situada en la Toscana, en la costa del Mar de Liguria, a la sombra de ciudades más grandes e importantes como Pisa y Florencia. Su economía se basa en su puerto, que es uno de los mayores de Italia, y le da su apariencia de ciudad industrial, y lo mas importante, ciudad combativa. Es en Livorno donde nace, por ejemplo, el Partido Comunista Italiano, y esto ha pasado, como no, a su equipo. Ya lo dicen Los Chikos del Maiz, “Marxista como Pasolini y las gradas del Livorno.” Así que, en 2004, Lucarelli renunció a dinero y un gran contrato para volver al equipo de su ciudad y que, además, compartía sus ideales.
Hijo de un estibador del puerto de la ciudad y comprometido políticamente su llegada al equipo le convirtió en un ídolo de la grada. Pasó cuatro temporadas en el equipo, marcó 92 goles, ascendió a la Serie A, se clasificó para la Copa de la UEFA y por el camino aun le dio tiempo a ser Capocannoniere del Calcio en la 2004/2005 con 24 goles. Todo eso siendo capitán del equipo y colaborando en la gran mayoría de las iniciativas populares de su ciudad, apoyando a organizaciones obreras o a huelgas de trabajadores.
Finalmente en 2008 se marchó a Ucrania, al Shakhtar Donetsk, donde su carrera ya fue cuesta abajo, pero pese a todo siguió colaborando con Livorno (donde volvió en 2009) y dedicó la mitad de su sueldo a apoyar distintas organizaciones en su ciudad, como un periódico local para evitar que cerrará y despidiera a sus trabajadores, y a seguir en la lucha. Para los que amamos el futbol romántico y creemos que es algo más que dinero la vuelta de Lucarelli a su casa y su renuncia a cobrar más en otro equipo para vestir los colores que siente y ama es algo digno de elogio. Y si a ello le sumamos una conciencia de clase como la suya y una implicación completa en la mejora de la vida de sus conciudadanos más aun.
A día de hoy, entrenador del Pistoiese, en las regionales italianas, sigue siendo un asiduo a la grada del Livorno y sigue estando implicado en la vida de su ciudad y su comunidad. Siendo fiel a las ideas y principios en los que cree. Un verdadero futbolista implicado, algo digno de admirar en un mundo de cabezas huecas donde lo más importante es el peinado que lucirán o su nuevo tatuaje.
Gracias Lucarelli.