domingo, 29 de marzo de 2015

Vivir adelantado



Antes de nada quiero dedicar esta entrada a @OlgaBallester92, a quien le conté la historia hace un tiempo y me dijo que la usara en el blog, pero he esperado hasta el momento oportuno. Y ese momento es hoy.

Hoy, a las dos de la madrugada, los españoles que estábamos despiertos hemos adelantado los relojes una hora, hasta las tres. Gesto que han imitado el resto de nuestros compatriotas cuando se han levantado esta mañana, o incluso ayer antes de acostarse. Con esto se logra, según nos dicen, aumentar las horas de sol y con ella la eficiencia energética; aunque mucha gente está en contra de ello y lo ve una locura y un problema. Y es que a pesar de que gran parte del mundo occidental sigue esta regla en España es un problema grave. ¿Por qué? Muy sencillo.

Diga lo que diga el reloj el ser humano está adaptado al horario solar y para ello hemos dividido el tiempo en husos horarios, para tratar que nuestras horas, una creación humana, estén lo más cercanas a lo que nos marca el astro rey. Pero cuando nos empeñamos en ir contra esta verdad surgen los problemas. ¿Nunca se han preguntado porque en España comemos a horas extrañas si nos comparamos con cualquier otro país? Sigan leyendo. Que se lo explico enseguida.

Como explicaba anteriormente el sistema de husos horarios no solo ha hace que cada comunidad humana sepa perfectamente que hora es en otro lugar, sino que le ha permitido, además, vivir adaptada al ritmo que marca el sol. Pero esto en España no se llega a cumplir del todo, es por ello que comemos a las 14h o cenamos a las 21h cuando en Europa, y en resto del mundo, es común hacerlo una hora antes. Y es que vivimos de espaldas al sistema de husos horarios desde hace más de 70 años.

Sobre el papel, España debería vivir en el huso horario de UTC 0, el mismo en el que vive el Reino Unido, y es que el Meridiano de Greenwich, punto desde el cual se toman los husos horarios, pasa por ejemplo sobre Castellón, Altea o Denia. Con esto quiero decir que España entera debería vivir una hora antes, en el mismo huso que Portugal o las Islas Canarias. Es decir, la famosa frase, “Una hora menos en Canarias” debería desaparecer ya que todos deberíamos estar sincronizados con las islas.

La duda es, ¿Por qué vamos al contrario del sol y los tratados internacionales? Por una cuestión política. Si, sueña extraño, pero es verdad. Curiosamente hasta 1942 este país siguió las normas comunes y estuvo en el huso horario que le correspondía; el mismo que el inglés. Y es que en Marzo de 1942, en plena Guerra Mundial, los ingleses eran el enemigo y ante las presiones del gobierno nazi, dirigido por Hitler, Franco decidió adelantar la hora y adaptarla al horario alemán, que está en un huso diferente. ¿Las reglas de la naturaleza? No eran importantes para aquel enano cabrón.

El problema no es que esto siguiera durante toda la dictadura, sino que con su final nadie hizo el intento de regresar al horario real, lo cual es una decisión muy extraña. Bueno, tampoco nadie se preocupó siquiera en encerrar a los asesinos de la dictadura o en desenterrar a los fusilados en cunetas, no sé de qué me extraño… Pero bueno, la cuestión es que este desfase no solo afecta a la hora de las comidas, sino al propio horario laboral (y esa bizarra manía de trabajar en horario partido), o a la facilidad para conciliar dicha vida con la familiar. Así que un primer paso para solucionar problemas endémicos en este país sería adaptarnos al UTC 0. No es cuestión de memoria histórica o manía, es simplemente cuestión de volver a la cordura que nos quitó el Franquismo.

jueves, 26 de marzo de 2015

Solidificar el proyecto



Una marea ha invadido el valencianismo desde hace un mes hasta ahora. Una marea de emoción e ilusión derivada de un equipo que, tras un tiempo de incertidumbre, vuelve a ser el de principio de temporada. De un equipo que a falta de 10 jornadas está metido en la lucha por la Liga y que parece haber logrado su objetivo, jugar la Champions, salvo catástrofe. Que si, que ganar la Liga es difícil y más a este Barça, pero bueno, siempre es bonito pelear por ello.

Yo estoy ilusionado. No lo niego. Pero aunque creo que ganar la Liga es una posibilidad, remota, pero una posibilidad, mi ilusión viene por otras cosas. Mi ilusión viene más bien porque tras años de sequía llorentista siento que este equipo puede alcanzar las cotas más altas. Sin exagerar, lo creo firmemente, creo que si seguimos así, pasito a pasito, se puede conseguir mejorar incluso lo que se logró con Benítez al mando (hablo de un trofeo con orejas, sí). Y todo esto en un fútbol mucho más competitivo, a todos los niveles, que el de entonces.

¿A qué me refiero? A algo tan manido y repetido últimamente en Valencia como el proyecto. Algo tan sencillo de entender y que parece que el fútbol ha olvidado dando prioridad a la inmediatez; a que cada temporada es la última. Y no, esto es un proceso, que puede llevar varias temporadas, y aunque las cosas no son perfectas, pueden acabar siéndolo. Porque esta temporada tiene lagunas (de noviembre a febrero hay una enorme) pero el balance, pase lo que pase de aquí a final de temporada, solo puede ser positivo. Y no tanto por lo logrado este año, que ojala sea la Liga, sino por sentar las bases de lo que queda por venir.

Y digo bien, las bases, esa columna vertebral formada Alves, Gayà, Otamendi, André Gomes y Alcacer, sobre la cual se puede construir el resto. Porque ahora viene lo complicado. Ahora viene el momento de decidir cómo maniobrar con esta plantilla para mejorar lo que ya hay sin destrozar lo construido. Porque el Valencia debe sumar piezas tocando lo mínimo posible las ya existentes y sin destrozar lo logrado. Y esto es más difícil que empezar a construir.

Hablo de que van a salir jugadores, espero y deseo que ninguno de los de arriba, y van a llegar nuevos hombres para reforzar el equipo. En el primer caso saldrán algunos con poca importancia en el equipo, pero también lo harán otros que este año, de una manera más o menos clara, han aportado cosas. Y esto es algo que debe hacerse bien para evitar problemas; ya que una mala venta puede ocasionar roces en el vestuario e incluso sensación de traición en algunos de los que se quedan, que pueden sentir que son los siguientes. Porque vender por necesidad o por descarte es sencillo, vender a alguien que vale porque una oferta es buena simplemente para ingresar (Caso Di María en el Madrid, por poner un ejemplo) puede ser mucho más duro.

La otra cara de la moneda serán las llegadas. Quitando Juan Mata, que ojala viniera ya mismo, el resto de nombres que suenan me dan miedo. Explico por qué.  Los que suenan son de un nivel superior al que tenemos, y esto que no tiene por qué ser un problema en sí, puede serlo si los que vienen son, por decirlo de una manera suave, excesivamente egoístas. El Valencia ha conseguido reunir a un grupo de gente con hambre e ilusión y eso puede romperse si de repente metes en el saco a alguien que venga a considerarse más que sus compañeros y que el equipo. Y es por eso que esto puede ser delicado.


Pese a todo mantengo la ilusión, creo que tenemos un grupo de gente en la dirección deportiva que trabaja bien y con idea de lo que quiere. Espero y deseo, además, que pueda lograr que Jorge Mendes no llene esto de estrellitas caras y egoístas que se lo carguen todo. Si esto, que es delicado, se hace bien, creo que habrá Valencia para rato. Confiemos en Rufete. Es su turno.

domingo, 22 de marzo de 2015

Matar nazis con un arco


Después de un tiempo alejado del blog vuelvo para dejaros una historia que conocí hace poco gracias a una recomendación que me dio un buen amigo. Voy a contaros la historia de un hombre que combatió la Segunda Guerra Mundial, fue editor de un periódico, actuó en algunas películas y no contento con ello incluso represento a Inglaterra en el Campeonato del Mundo de Tiro con Arco de 1939. Hablo del Teniente Coronel John Malcolm Churchill, del ejército británico, más conocido como “Loco Jack”.

Arcos y cine


Nacido en 1906 en Sry Lanka, entonces colonia británica, se mudó siendo joven al Reino Unido y antes de la Segunda Guerra Mundial regresó a Asia, pero ahora para servir en el ejército británico en distintas guerras coloniales. Eso sí, no todo fue guerra en su vida, su pericia con el arco (que demostraría más tarde) le permitió actuar en distintas películas como el “Ladrón de Bagdad” o “Un Yanqui en Oxford”, incluso llegó a participar en un Campeonato del Mundo poco antes de la Segunda Guerra Mundial.


Eso sí, su ansia de adrenalina seguía existiendo y pese a haberse licenciado del ejército en 1936 y haber trabajado como editor de un periódico, tan pronto como la Alemania Nazi invadió Polonia volvió a alistarse para combatir en la “British Expeditionary Force” (BEF), el cuerpo de voluntarios que el Reino Unido envió a combatir a suelo francés a principio de la guerra. Y en territorio francés se produjo la mayor anécdota de su curiosa vida.

La Primera Guerra Mundial, dos décadas antes, ya había demostrado que la guerra había cambiado y que las tácticas decimonónicas, como las cargas de la infantería o el uso de la caballería, habían quedado obsoletas. Y es que ir corriendo hacia una ametralladora dista mucho de ser algo inteligente. Pese a ello aun hubo personas que seguían viendo en estas tácticas cierto valor y romanticismo, y uno de ellos es nuestro protagonista. Otros por ejemplo serían los polacos, que en plena invasión de su país usaron hábilmente sus Lanceros Ulanos para causar problemas a los alemanes; aunque tuvieron que sucumbir, tras combatir bravamente, frente a los carros de combate.

La Segunda Guerra Mundial


Bueno, de vuelta a “Loco Jack”, nos lo encontramos en 1940 tratando de detener la invasión alemana de Francia junto al BEF. Pero la maquinaria nazi era imparable y ni el ejército francés ni sus aliados británicos pudieron hacer nada por detenerlo; siendo obligados a retirarse hacia el mar esperando ser evacuados. En esa retirada la compañía en la que combatía Churchill se encontró con los alemanes en el pueblo de L'Épinette; ellos esperaban atrincherados en un torre y cuando vieron aparecer a los alemanes este disparó su arco largo para matar al sargento alemán desde una distancia de 30 metros. De nuevo un británico con un arco se lucia en suelo francés, como en la Guerra de los Cien Años, pero ahora ayudaba a los franceses.

"Loco Jack" primero por la derecha, se ve su espada
Esta anacrónica demostración no fue la única que protagonizo Churchill durante la guerra, obviamente. En el Desembarco Aliado en Noruega para proteger dicho país de la invasión nazi (otro fracaso, como todo lo que hizo Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial hasta la llegada de los estadounidenses) se le vio cargando junto a sus compañeros mientras tocaba con su gaita la canción bélica “March of the Cameron Men”. Pero su mayor hazaña se produjo en Salerno, tras desembarcar en Italia en 1943. Liderando un comando capturó a 42 alemanes cargando contra ellos espada en mano tras verse sin munición. Si señores, espada en mano. Según él: “En mi opinión, un oficial que entra en batalla sin una espada no está apropiadamente vestido.”

Finalmente en Yugoslavia, en 1944, mientras combatía junto a los partisanos de Tito contra la ocupación nazi, fue capturado tras haber sido todos sus compañeros heridos o muertos. Cuando llegaron los alemanes lo encontraron tocando “Will Ye No Come Back Again”  con su gaita para sus compañeros heridos. Fue enviado a un campo de concentración y como era de esperar aún tuvo tiempo de planear una fuga junto a otros hombres, pero fue capturado por un comando de la SS. Pese a todo un oficial alemán logró salvarles la vida y al final de la guerra fueron liberados. Eso sí, Churchill no se dedicó a descansar, sino que rápidamente embarco hacia el frente del pacifico, pero cuando llegó Estados Unidos ya había lanzado las bombas atómicas contra Japón y la guerra había terminado. Hecho que lamentó nuestro protagonista “Si no hubiese sido por esos malditos yankis, podríamos haber seguido combatiendo otros diez años más”,

Por supuesto, el final de la Guerra no impidió a “Loco Jack” seguir viviendo aventuras. Recorrió en moto Birmania y la India, protegió un convoy medico israelí de un ataque árabe, salvando a más de 500 personas e incluso volvió a actuar en el cine, en la película Ivanhoe en 1952.

viernes, 13 de marzo de 2015

Peste, higiene y religión



La de hoy será cortita. Pero espero que interesante. Y está pensada para acabar con una creencia extendida pero que dista bastante de ser real, hablo de la higiene durante la Edad Media; o más bien la ausencia de ella.

Higiene en el medievo


Obviamente la higiene medieval distaba de ser tan buena como la nuestra, como es obvio, pero esto es algo que también podemos extrapolar a otras épocas que consideramos mas "limpias"  como la época clásica. Bien es verdad que en la Antigua Roma existían, por ejemplo, baños públicos y se tenía cierta costumbre de lavarse, pero eso no quitaba que a nivel total distara de ser satisfactorio. Y es que por ejemplo, pese a lo que dice el tópico, los baños públicos, provenientes de la cultura romana, siguieron existiendo durante gran parte de la Europa Medieval, como mínimo en las grandes ciudades de tradición clásica.

El problema higiénico medieval fue debido, mas bien, a cuestiones religiosas o de moral que a falta de infraestructuras. Tanto en las ciudades, con los baños, como en la zona rural, con multitud de fuentes de agua como ríos o lagos, hubiera sido posible materialmente mantener una higiene correcta. El problema fue otro, más bien derivado de cuestiones morales, relacionados con el auge del cristianismo y su exagerada moralidad.

Moralidad


Y es que durante el Imperio Romano Tardío los baños incluyeron otros servicios que ya no estaban bien vistos por la moral imperante, ya que no era extraño encontrar una oferta de sexo. Esto hizo que el propio baño pasará a ser considerado lujurioso y solo se consideraba decente el aseo de cara, manos y brazos; ya que por ejemplo las extremidades inferiores o el torso estaban demasiado cerca de determinadas zonas consideradas impúdicas.

Por supuesto, hay que entender que todas estas consideraciones morales afectaban más a la alta sociedad que al pueblo. En un momento en que el honor y la dignidad eran básicos para las clases altas esto hizo que la falta de higiene se convirtiera en la tónica. Por contra para el pueblo esto no era importante y los baños públicos, convertidos algunos ya sin ningún pudor en prostíbulos, siguieron siendo usados durante toda la Edad Media. Solo una serie de problemas con enfermedades venéreas, como la sífilis, durante el Renacimiento, los harían desaparecer.

Lo curioso, y lo paradójico, de todo esto es que cuando a finales de la Edad Media llegó la Peste Negra y arrasó con un tercio de la población que vivía en Europa los mismos garantes de la moral se empeñaron en buscar motivos en la ira divina a causa de la vida disoluta de muchos. El principal problema de esta teoría era que, como es lógico, los que frecuentaban baños públicos, antros de perversión, sufrían en menor medida la enfermedad gracias a la higiene; mientras que los que seguían una vida puritana sufrían con el máximo rigor su impacto debido a que era impúdico algo tan simple como limpiarse.


Y es que la Iglesia Católica no solo ha causa muertes con las guerras de religión, sino que otras cosas como su moral y su puritanismo han causado también problemas, y lo siguen haciendo, ya que su manía por hacer inmorales los preservativos sigue provocando muertes día tras día por el SIDA.

martes, 10 de marzo de 2015

Curiosidades Históricas - Damocles y su espada



Es común oír cuando alguien está siempre bajo una amenaza constante e inminente que se encuentra bajo la “Espada de Damocles”. Hace referencia a tener siempre una espada suspendida sobre nuestras cabezas. Y curiosamente el origen de la frase no puede ser más ajustado a dicha situación.

El occidente griego


Esta historia ha llegado a nosotros a través de los autores clásicos, como Diodoro de Sicilia o Cicerón, aunque la historia es anterior a ellos, ya que hay que remontarse al S. IV a.C. En aquellos tiempos Roma aun solo era la líder de una pequeña liga de ciudades del centro de Italia, Cartago a duras penas controlaba su territorio y un pedazo de Sicilia y el poder dominante en el Mediterráneo era el mundo griego. Eso sí, un mundo griego aun desunido y en constante lucha entre sí, aún quedaban más de cincuenta años para la llegada de Alejandro Magno y el gran crecimiento helenístico.

En esos tiempos la gran potencia en el Mediterráneo Occidental era la ciudad de Siracusa, en la costa sudeste de isla de Sicilia. Había sido colonizada por griegos procedentes de Naxos en el año 734 a.C., es decir, durante la ronda de colonizaciones que llevo a los griegos a llenar de ciudades propias gran parte de las costas del Mediterráneo. Así que mientras Grecia se desangraba en la Guerra del Peloponeso (Contienda que duro 20 años y que enfrento a Atenas y Esparta por la supremacía) en el lejano Occidente Siracusa escalaba y crecía, dispuesta a convertirse en la ciudad más importante del mundo griego.

Este sitio de privilegio lo logró gracias a Dionisio I, el primer tirano de la ciudad. Antes de nada un inciso, en aquellos tiempos un tirano era la persona que dominaba una polis por ella misma, es decir, sin formar una oligarquía o una democracia. No necesariamente tendrían que ser personas crueles, simplemente tenían el control de la ciudad, y curiosamente trataban bien al pueblo y buscaban mejorar la ciudad porque habían alcanzado el poder gracias a él, ya que solían ser quienes lideraban una revolución contra los antiguos tiranos u oligarcas. Dionisio, por ejemplo, había alcanzado el poder gracias a una denuncia de los ciudadanos de Siracusa contra los propios generales de la ciudad. En el 405 a.C. la polis estaba enfrentada con Cartago por el control de la isla y sus generales fueron acusados de traidores. Uno de quienes lo hizo fue Dionisio y con el apoyo popular se convirtió en tirano.

Una vez en el poder lo primero que  hizo fue, curiosamente, hacer la paz con Cartago, una paz que le permitió reorganizar la ciudad y usar su poder para dominar las pequeñas ciudades griegas que le rodeaban. Ya con el control del occidente griego (que incluía no solo Sicilia sino el sur de Italia, la llamada Magna Grecia) se lanzó contra los cartagineses, los derrotó y se hizo con casi toda la isla, dejando a los púnicos solo el control de Lilibeo, en el extremo occidental. Alrededor del 380 a.C. se podía decir que era el mayor gobernante del mundo griego. Además, durante estas guerras contra Cartago hizo otra aportación a la historia militar, fue el primero en usar las catapultas.

Damocles


Pese a sus éxitos militares Dionisio, como el resto de tiranos griegos, no podía estar tranquilo ya que su base de poder era débil y cualquiera podía despojarle de él si contaba con los apoyos necesarios. Tanto era esta intranquilidad que se cuenta que una vez que Damocles, uno de sus cortesanos, afirmó que lo envidiaba por su lujo y poder el tirano le ofreció cambiar los papeles por una noche, lo que el cortesano aceptó. Esa misma noche se celebró un banquete y Damocles tuvo el honor de presidirlo; pero inmediatamente comprobó que las cosas no iban bien y que la gran mayoría de cortesanos miraban hacia el techo, encima suya. Damocles los imitó y vio, sorprendido, que una espada colgaba de una simple cuerda sobre su cabeza. Al preguntar a Dionisio el motivo de dicha espada este respondió que si deseaba saber lo que era ser tirano debía convivir con el peligro constante y la sensación de miedo que  era inherente al cargo.

Curiosamente se cuenta otra historia sobre Dionisio relacionada con ese peligro eterno de conspiración. Uno de los que conspiró contra el tirano fue un hombre llamado Pitias, que fue descubierto y condenado a la horca. El hombre, ante la perspectiva de la muerte, pidió tiempo para arreglar sus asuntos y ofreció a un amigo, Damón, como rehén para poner sus cosas en orden. Pero cuando llego el momento de la ejecución Pitias no apareció y Dionisio estaba dispuesto a ahorcar a Damón cuando en el último momento llegó Pitias a la carrera para ser ajusticiado y salvar a su amigo. Había tenido un problema y se había retrasado. Este gesto de honradez hizo que Dionisio se ablandara y le salvara la vida a ambos.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Duelo en la cumbre - Un general imparable


Hoy voy a inaugurar una nueva manera de hacer las cosas. Soy un enamorado de la historia, militar sobre todo, y hay una pareja de generales a los que admiro y que creo que ha llegado el momento de honrarlos. Por supuesto, grandes militares en la historia hay muchos, desde Alejandro Magno hasta Napoleón, pasando por Julio Cesar o Carlomagno; pero si hay algo que diferencia a estos generales de la pareja de la que vamos a hablar es que frente a ellos jamás hubo a alguien que les igualara. En este caso sí que los hay. Hablo, como no, de Aníbal Barca y de Escipión el Africano; los grandes protagonistas de la Segunda Guerra Púnica. Vamos a hablar de este duelo en una trilogía de entradas, que llamaremos "Duelo en la cumbre".

La Segunda Guerra Púnica es un enfrentamiento armado que enfrentó a la República de Roma y la República de Cartago, las dos grandes potencias del Mediterráneo Occidental en el S. III a.C., por la supremacía en dicho mar. Empezó en el 218 a.C. y finalizó en el 201 a.C. y fue el segundo y más cruento de estos enfrentamientos (habría un tercero medio siglo después que significó el final de Cartago) y no solo incluyó a las dos potencias, sino que todas las poblaciones del Mediterráneo Occidental e incluso parte del mundo griego, como Macedonia que combatió junto a Cartago, se vieron implicados.

La Segunda Guerra Púnica


Antes de nada hay que presentar a las dos naciones enfrentadas. Eso sí, hay que entender que en aquellos momentos ni Roma ni Cartago formaban un estado unificado semejante a los que se verían posteriormente. Simplemente eran dos ciudades estado que controlaban una zona de influencia, dentro de ellas había ciudades que les guardaban lealtad ya fuera por conquista, interés, semejanza cultural o porque eran colonias. Curiosamente sus semejanzas, a nivel de gobierno, eran más que sus diferencias y ambas eran regidas por un Senado de hombres importantes que elegían a dos representantes para que ejercieran el poder por un periodo de tiempo: los Cónsules en Roma y los Sufetes en Cartago.

Por tanto, a nivel territorial Roma controlaba un territorio semejante al de la actual República Italiana, obviando sus posesiones en los Alpes y añadiéndole Córcega. Frente a ella la República de Cartago controlaba toda la zona costera del Magreb, desde las costas de la actual Libia hasta Marruecos, a ello había que sumar las posesiones que tenía en Hispania, sobretodo en la costa mediterránea y las Islas Baleares. Eso sí, dentro de estas posesiones estaban los reinos de Númida y Mauritania, que servían lealtad a Cartago de manera nominal pero que ni mucho menos eran posesiones propias.  También hay que destacar que las posesiones hispanas tampoco eran posesiones claramente cartaginesas, ya que pertenencian a la poderosa familia Barca, que las había colonizado durante las décadas anteriores. De esta familia saldría Aníbal.


En el 218 a.C. Aníbal, que lamentaba la anterior derrota cartaginesa en la Primera Guerra Púnica y que había prometido a su padre, muerto frente a los Iberos en Hispania, combatir a los romanos decidió atacar Saguntum, la actual Sagunto, ciudad aliada de Roma. Esta provocación hizo que la ciudad itálica decidiera declarar la guerra a los cartagineses; empezando la Segunda Guerra Púnica. A partir de entonces y antes de que a los romanos les diera tiempo a reaccionar Aníbal Barca marchó hacia el norte, evadió a los ejércitos que se mandaron en su búsqueda, cruzó el sur de la Galia y se presento en el norte de Italia tras cruzar los Alpes. No contento con ello lo hizo con elefantes y sumando además contingentes de mercenarios galos e iberos a su causa.


La Guerra en Italia


Ya con el enemigo a las puertas Roma reaccionó y envió a la Galia Cisalpina (actual norte de Italia) a sus ejércitos para detener al cartaginés. Roma funcionaba entonces levantando ejércitos anuales, con dos legiones reclutadas entre sus ciudadanos para cada uno de los cónsules. Es decir, cada cónsul tenía dos legiones que usaba para lograr sus objetivos sin tener en cuenta a su colega. Esto sería un problema durante esta guerra y esta primera campaña lo demostraría. La primera de las batallas llegaría en el año 218 a.C. cuando en una escaramuza de caballería el cónsul Publio Cornelio Escipión (padre y tocayo de nuestro protagonista) fue derrotado por Aníbal en la Batalla de Tesino. Roma tras esta derrota vio a Aníbal como un problema serio y mando a las legiones al mando del otro cónsul, Tiberio Sempronio Longo, que estaban en Sicilia, al norte para expulsar a los púnicos. En esta batalla se vería el primer problema del método romano de mando, y es que mientras el cónsul Escipión no deseaba entrar en combate porque consideraba que las condiciones no eran las mejores su colega, el cónsul Sempronio, lo deseaba con toda su alma para lograr una victoria que le diera gloria. Aníbal aprovecho esta división y derrotó a los romanos en la Batalla de Trebia, haciendo que los galos que aun vivían en la Galia Cisalpina se unieran a él.

Con todo el norte de Italia en su poder Aníbal decidió lanzarse hacia el sur para lograr acercarse a Roma. Los romanos, pese a todo, siguieron sin ver un problema grave y aunque reclutaron nuevos ejércitos no consideraron importante elegir un dictador (magistrado que si que podía dirigir cuatro legiones y unificar el ejercito bajo su mando) y de nuevo volvieron a dividirse. Por tanto los dos nuevos cónsules recibieron solo dos legiones y además recibieron tareas diferentes. Cneo Servilio Gemino fue enviado a la Galia Cisalpina para castigar a las tribus que se habían pasado a Aníbal mientras que Cayo Flaminio Nepote fue enviado a detener al cartaginés.  Flaminio localizó a Aníbal cerca de los Apeninos, en una zona boscosa, y lo siguió de manera descuidada, lo que le llevó a caer en una emboscada. Los cartagineses lograron atrapar a su ejército en el Lago Trasimeno y lo que siguió fue una masacre; 15.000 romanos, incluyendo Flaminio, fueron muertos y otros 10.000 cayeron prisioneros.

Aníbal ya había derrotado a tres ejércitos consulares y había aprovechado los despojos del último ejercito para rearmar a sus hombres. Roma estaba en un momento de debilidad extrema, sin ejércitos y con el cartaginés a sus puertas. Solo entonces decidieron unificar sus fuerzas y elegir un dictador en la figura de Quinto Fabio Máximo, este veterano senador cambio la manera de enfrentarse a Aníbal y logro cierto respiro para los romanos, rehuyendo los combates directos y forzando al cartaginés a una guerra de desgaste donde tenía todas las que perder.

Pero esta política no podía durar. Muchos romanos consideraban la política de tierra quemada y de guerra de guerrillas de Fabio poco más que un ejemplo de cobardía; por tanto al finalizar su dictadura Roma eligió de nuevo dos cónsules para enfrentarse, en campo abierto, al ejercito cartaginés. El honor recayó sobre Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo, yerno de Escipión, nuestro protagonista; para lograr el objetivo de derrotar a Aníbal se reclutaron el doble de legiones que un año normal. Estas ocho legiones eran el mayor ejercito nunca reclutado por Roma y sumaba alrededor de 90.000 unidades, un numero más de dos veces mayor que el cartaginés, que contaba con alrededor de 40.000 hombres.

En aquellos momentos Aníbal estaba al sur de Roma, cerca del Adriático, en la fortaleza recién conquistada de Cannas. En aquel momento llevaba 2 años en suelo itálico y gracias a esta conquista había logrado reabastecerse y acabar con los problemas de suministros que había sufrido por la política de tierra quemada romana. Los nuevos cónsules decidieron, entonces, acabar de una vez por todas con el cartaginés y enfrentarse a él en Cannas. Se preparaba el enfrentamiento definitivo en suelo itálico entre las dos grandes potencias, y en él estarían nuestros dos protagonistas. Aníbal Barca al mando de los cartagineses, Publio Cornelio Escipión como oficial de su suegro en las legiones romanas. Pero eso será otra historia.

martes, 3 de marzo de 2015

Los números del jugar


Estoy preparando ya mi Trabajo de Fin de Master y estará relacionado con el mercado de los videojuegos, para ello necesito saber el estado actual del sector y por tanto hoy he realizado un análisis de mercado centrado en el mercado de consolas. Tras bucear en marañas de datos he logrado obtener el reparto actual del mercado si contamos las consolas vendidas desde 2012. Y creo que se pueden obtener datos interesantes y por eso me gustaría compartirlo con vosotros y destacar distintas cosas. Todos los números están en millones de unidades.

Consola 2012 2013 2014 2015 TOTAL PORCENTAJE
Wii 4,89 1,84 0,52 0,01 7,26 8,10%
Wii U 2,3 2,99 3,67 0,16 9,12 10,18%
PS3 11,87 7,89 3,55 0,18 23,49 26,22%
PS4 0 4,43 14,02 0,62 19,07 21,29%
Xbox 360 10,65 6,01 2,6 0,09 19,35 21,60%
Xbox One 0 3,08 7,91 0,31 11,3 12,61%
Nintendo DS 2,96 0,78 0 0 3,74 4,17%
Nintendo 3DS 13,49 13,86 9,75 0,16 37,26 41,59%
PSP 4,19 2,76 0,39 0 7,34 8,19%
PSVita 3,72 3,11 2,39 0,15 9,37 10,46%
Total 29,71 26,24 32,27 1,37 89,59 100,00%

Antes de nada, y lo más importante, hablamos de un mercado de más de 89 millones y medio de consolas si contamos las vendidas desde 2012. Además hablamos exclusivamente de las consolas mencionadas arriba, y hay que decir que algunas consolas de antiguas generaciones como la Play Station 2 siguen gozando de buena salud en ciertos países, como en Brasil. Por tanto si contamos las vendidas anteriormente y las que no entran en la clasificación el mercado es aún mayor.

El primer dato que podemos obtener del análisis es la existencia de tres grandes compañías: Nintendo, Sony y Microsoft, que compiten por el mercado de sobremesa, estando además Sony y Nintendo en el mercado de las consolas portátiles. ¿El resto de compañías? Prácticamente inexistentes. Hablamos por tanto de un oligopolio, que solo la existencia de otras maneras de jugar como los Ordenadores o los Dispositivos Móviles (donde de verdad hay posibilidades de competir con los ya establecidos) es capaz de romper.

También me gustaría destacar el ciclo de este mercado, tan marcado por las generaciones. Como vemos en 2012 y 2013 hay una caída general de ventas, coincidiendo con el final del ciclo de vida de las consolas anteriores, lo que reduce sus ventas. En 2014, ya con las nuevas aportaciones llegadas y asentadas en el mercado las ventas vuelven a crecer, incluso superando los números anteriores.

Una vez visto a nivel general y antes de entrar más a fondo en errores y aciertos de estas compañías me gustaría hablar de las consolas portátiles, coto vedado de Nintendo desde que lanzara a finales de los ochenta su Game Boy. Sony con la PSP trato de entrar en el mercado y se hizo con una pequeña parte del botín, eso sí, centrándose en jugadores alejados del objetivo de Nintendo. Y es que al final los compradores de PSP eran los mismos que tenían una Play Station, jugadores más crecidos que quizá ya no requerían tanto de una consola portátil y que prefieren la comodidad y calidad de la sobremesa. Esto es lo que hace que Nintendo, centrada en un mercado joven que sí que es más asiduo a las portátiles, haya vendido más de 37 millones de Nintendos 3DS, la cuarta parte del mercado; dejando a PSVita como una mera anécdota.



Las cosas se alternan cuando damos el salto a las consolas de sobremesa. Aquí Nintendo decidió ya hace tiempo optar por ofertar sus consolas al nicho de los consumidores casuales y los niños. Y aunque las cosas no le van igual de bien que en las portátiles la Wii U ha logrado su objetivo y se ha hecho fuerte gracias a dichos competidores. Por el contrario Sony aquí es la gran dominadora del mercado, con una Play Station 4 que amenaza con aplastar a la competencia con mano de hierro; sin que Microsoft y su Xbox One puedan evitarlo.

Y esto sí que es algo que hay que destacar. Venimos de un mercado dividido completamente, en el que PS3 y Xbox 360 lograron llegar a cierta igualdad, si, es verdad que Sony dominaba, pero la diferencia era menor e incluso Microsoft llego a reinar en Estados Unidos. Pero el error de Microsoft en el precio de salida de Xbox One y aquel ridículo asombroso en la E3 han hecho mucho daño a la compañía norteamericana, que está viendo como PS4 casi le duplica en ventas. Y es que en un mercado tan competitivo no tener un precio que se acorde a él te deja fuera.

La cuestión ahora es ver si Microsoft será capaz de dar la vuelta a la tortilla y repuntar sus ventas o sin embargo será Sony quien se hará con todo el pastel. Estamos en un año decisivo, tras un tiempo de convivencia entre generaciones en 2015 se espera que muchos jugadores den el salto a la siguiente generación. ¿Cuál será su decisión? Lograr atraer al máximo posible de ellos debe ser el objetivo de las compañías.

lunes, 2 de marzo de 2015

Echar las campanas al vuelo




Siempre se ha dicho que la afición del Valencia es bipolar y tiene poca memoria. Que endiosa a jugadores y equipos a los que defenestró hace unos meses y viceversa. También se dice que es exigente, quizá en exceso, pero que sabe premiar a quienes lo merecen. Incluso si se pregunta en Madrid a algunos “valencianologos”, palabra que le robo a mi amigo @ARIAS4EVER , una banda de locos que va a Mestalla cada 15 días a pitar a su equipo porque les pone.

Por suerte esto no es más que una visión, quizá tremendista, pero es imposible negar que la afición valencianista, al igual que gran parte de las del país, gusta de vivir en una montaña rusa continua de emociones, pasando del pesimismo exacerbado a la ilusión completa con menos de un mes de diferencia. La tan manida frase de “Nos gusta quemar la falla” suele aparecer tan pronto como el equipo che encadena dos malos resultados; y al contrario, todos esperamos ganar la Sección Especial cuando encadenamos tres resultados buenos.

Y claro, tras encadenar 6 victorias en los últimos siete partidos el valencianismo esta desatado. Hay ilusión y se nota, la gente tiene ganas de ver jugar al equipo (que luce poco pero sigue ganando) y con el objetivo básico prácticamente asegurado, ya que salvo debacle Unai Emery ni harto de vino nos remonta 7 puntos, no nos queda otra que soñar. Por supuesto, siempre queda gente que sigue mirando a Sevilla asustado, pero bueno, también deben haber cenizos y agoreros.

Desde que Piatti, cuya recuperación da para que la investigue Iker Jiménez, finiquitara a la Real Sociedad el domingo y el resto de resultados de la jornada nos acompañaran no paro de escuchar y leer opiniones de todos los colores. Desde los que ven la tercera plaza ya conseguida hasta los que incluso hablan de ganar la liga sin despeinarse en exceso, como si Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid fueran rivales sencillos. Sinceramente, estoy de acuerdo con la ilusión, pero creo que ponernos metas tan altas es equivocarse.

Y no porque sea un cenizo, sino porque cada vez que osamos sacar pecho y venirnos arriba viene alguien y nos lo parte, y eso a una semana de ir a jugarte la tercera plaza al Vicente Calderón no deja de ser un problema. Porque pensar en que ocurrirá en la jornada 38 a día de hoy es un error que solo puede acarrear problemas a un equipo joven que puede no estar preparado para la presión. Porque si, el Valencia es un grande y debe pelar por todo, pero su plantilla actual, aunque talentosa, es inexperta en estas lides de pelear, a cara de perro, con tres equipos que mal que bien llevan batiéndose el cobre casi 4 años.

Por supuesto que hay que aspirar al máximo, no quiero que se me malinterprete, pero se debe aspirar al máximo sin mirar a lo lejos. Lo importante en estos momentos para el Valencia es centrarse en seguir sumando y ya veremos, cuando falten 4 partidos, donde estamos y a donde podemos llegar. Y no, no voy a nombrar el “partido a partido” de Simeone, ya que considero al argentino simplemente el sucesor de un verdadero grande, de la única persona capaz de hacer que la Selección Española ganará algo, una pena que luego el Marques del Nabo lo estropeara todo. Don Luis Aragonés decía de que el objetivo era: “Y ganar y ganar y ganar... y volver a ganar, y ganar y ganar... Eso es el fútbol”. Y en esto debe centrarse el Valencia, en seguir sumando de tres en tres y lo demás ya vendrá.

Nos queda un final de liga apasionante. Con un equipo capaz de pelear todos los partidos y además sin molestias entre semana, por lo que puede centrarse en la competición liguera y hacer que volvamos a soñar. Pero sin venirnos arriba y sin caer en triunfalismos, poco a poco, con paciencia, sacando los partidos. Si se gana el problema lo tendrá el resto. Porque al final el objetivo, sea el que sea, se cimenta ganando el siguiente partido.