Este artículo llega tarde pero
necesitaba una pequeña maduración para no acabar convirtiéndose en lo que, pese
a mi interés en que no lo sea, va a acabar siendo. Una muestra enorme de mi
admiración hacia un tipo como Claudio Ranieri y todo lo que ha hecho en el
mundo del fútbol. Y es que si la victoria del Leicester en la Premier League es
una gran noticia para el fútbol romántico (si, ya sé que el Leicester no es
pobre, pero es un modesto, no jodamos) más lo es que el artífice de todo eso no
sea otro que Ranieri.
Como valencianista no puedo
sino alegrarme de que todo le vaya bien a Claudio, además es difícil no
sentirme un poco como los aficionados del Leicester. Para los de mi generación
(nacidos a finales de los 80, principios de los 90) con Ranieri llegaron las
primeras alegrías y el primer título, aquella Copa de 1999 que significó mucho
más de lo que supimos ver por aquel entonces. El inicio de un Quinquenio Mágico
que culminaría con el Doblete de Benítez, que tan mal gestionamos y que termino
por traernos al “merder” en el que estamos.
Y es que si hablamos de
Ranieri no podemos negar que sus tres décadas de carrera merecían un título de
este calibre. Aunque su palmarés no está vacío jamás había logrado levantar una
Liga, si exceptuamos la Ligue 2 que ganó con el Mónaco en 2013, por lo que esta
Premier League es una gran noticia para su carrera. Experto apagafuegos y
creador de equipos, lo hizo aquí, lo hizo en Mónaco, lo hizo en el Chelsea… su
trabajo jamás había tenido un premio así, y es más que merecido.
Pero la Premier no es solo el reconocimiento
a una labor de años, sino al reciclaje que el entrenador italiano ha sabido
hacer en los últimos tiempos. Tras el fracaso que sufrió en 2014 al frente de
la selección Griega, derrota frente a las Islas Feroe incluida, Ranieri decidió
reciclarse y renovar sus métodos para evitar quedarse en el pasado. Aprovecho
el tiempo libre con el que contaba para mejorar, se formó y visitó a otros
clubes, sobre todo alemanes, como el Bayern de Munich, el Bayer Leverkusen o el
Borussia Dortmund y aprendió sobre sus nuevas maneras de entrenar. Al final
todo esto culminó con una vuelta a los banquillos lejos de los “focos”, en el
modesto Leicester.
Curiosamente la idea era más o
menos esa, volver a entrenar en un lugar sin excesiva presión, pero
competitivo, y probar lo que había aprendido durante su año sabático. Incluso así
se vio en Leicester, donde fue recibido con críticas por parte de algunos
aficionados y periodistas que supongo que a día de hoy estarán buscando una
buena cueva en la cual esconderse unos añitos… Pero al final las expectativas
se han visto superadas y a día de hoy el Leicester, y Ranieri con él, es campeón
de liga. Gracias por tu manera de ver el fútbol y hacer posible estas cosas,
Claudio.
Y a todo esto, quizá estaría bien
empezar a buscar un entrenador del perfil de Ranieri, que venga y ponga esto a
punto de una vez, que ya nos vale… Y a ser posible que no se vaya luego, como
le pasó a él, y saque todo el partido posible a su trabajo. Bien nos vendría.