domingo, 26 de abril de 2015

El éxito de lo simple



Hoy voy a hacer algo diferente, voy a analizar la start-up Hawkers, una empresa valenciana, localizada en el polígono industrial de Torrellano, entre Alicante y Elche, y nacida en 2013 de la mano de cuatro amigos (Alejandro Moreno, David Moreno, Pablo Sánchez  e Iñaki Soriano); formando los cuatro un equipo con perfiles distintos, incluyendo diseño, empresa y programación. Pero lo más importante de todo era que además de conocimientos venían con experiencia y diversos errores tras de sí, lo que les permitió acertar con el modelo de negocio de Hawkers.
                  
Por qué el primer paso para aprender es equivocarse estos cuatro valencianos lo hicieron en 2012, cuando fundaron Saldum, una plataforma web donde los usuarios podían poner a la venta productos de segunda mano para que otros usuarios los compraran, en aquellos momentos algo revolucionario, ya que aunaba la posibilidad de vender productos con el vertiente “social” que estaba naciendo. Y es que Saldum incluía la opción de entregar un porcentaje de la venta a otra persona si esta hacia posible la transacción. Es decir, un market place de productos de segunda mano, pero un aspecto muy social, algo similar al ya popular Wallapop. Pero las cosas no salieron por un único motivo: el dinero. Y es que sin dinero es complicado ser alguien en internet, porque se necesitan visitas, y estas se consiguen gracias a la inversión en publicidad.

Pero no se rindieron y fueron a buscar ese dinero para invertir y lo hicieron ofreciéndose como consultores a distintas compañías; a las cuales les realizaban trabajos como la creación de sus e-commerce. Con esto adquirieron experiencia y descubrieron que verdaderamente tenían talento para la venta por internet, y decidieron aprovecharlo. Para ello optaron por buscar un producto que tuviera una fácil salida y aprovechando sus conocimientos en la venta online ponerlo a la venta obteniendo un beneficio. Este producto fueran las gafas norteamericanas Knockaround.

A partir de aquí aplicaron lo que habían aprendido, se limitaron simplemente a la venta y a la experiencia del cliente, dejando el resto a otros, y gracias a la inversión en publicidad en redes sociales lograron aumentar sus ventas y por tanto sus beneficios, que reinvertían en mayor publicidad. Este éxito les permitió pasar a otros productos, no ya como simples distribuidores, sino como diseñadores. Controlando todo el proceso, desde el diseño hasta la venta. El siguiente paso, fueron, por tanto, las alpargatas, conocidas como Miss Hamptons; y al fuego del éxito de nuevo otras gafas de sol, pero esta vez diseñadas por ellos, que han sido su gran éxito.

Las gafas de sol Hawkers han sido una revolución. En realidad ellos simplemente se han basado en otros diseños, que ya no están patentados, pero que se han mostrado exitosos, han externalizado la producción y se han centrado en lo que dominan, que es la venta online y el proceso de creación de valor mediante la experiencia del cliente. Para ello se han basado en un diseño atractivo, con un precio muy competitivo y que les permite ganar dinero debido a sus bajos costes y a ello le han sumado un embalaje atractivo, que no solo repercute en el bienestar del cliente sino que les da nuevas posibilidades de publicidad, como veremos a continuación.

Porque el verdadero punto fuerte de Hawkers no es el producto, sino todo lo relacionado con la publicidad. Desde que empezaron por invertir en Facebook Adds con las Knockaround hasta ahora la inversión no ha parado de aumentar, y es esa reinversión de los beneficios en publicidad lo que permite que los nuevos productos alcancen con facilidad al consumidor, multiplicando las ventas. Para ello no solo se han centrado en anuncios a lo largo de la red, sino que han usado rostros conocidos como Dani Alves, Paula Echevarría o Andrés Velencoso; o incluso el propio piloto de motos Jorge Lorenzo, amigo personal de uno de los fundadores y que formo parte de la empresa al principio. Para ello se valieron simplemente de la persuasión, sin pagarles nada, simplemente les regalaron las gafas y les explicaron su proyecto. A ello hay que sumar otras medidas, más centradas en el boca a boca, como por ejemplo el haber conseguido que muchos de sus propios consumidores les hagan publicidad gracias a gestos tan simples como comentar a otros en redes sociales su nueva adquisición o hacerse fotos con los productos de la compañía.

Otro punto a favor con el que cuentan, y que es una ventaja competitiva, es la completa “datificación” de su negocio. En un mundo tan cambiante como el de la venta online las métricas son vitales para poder triunfar y entender el funcionamiento de la empresa. Y es que toda las acciones que ejerce la compañía van acompañados de medidores para poder obtener métricas y saber lo que realiza el usuario desde que pincha un anuncio o entra en la web hasta que sale de ella, haya adquirido un producto o no. Es esto lo que les permite modificar rutinas, adaptando toda su manera de trabajar a lograr que esos números aumenten, en definitiva, eliminando las barreras a la venta para así aumentar los beneficios.

jueves, 16 de abril de 2015

Los invisibles



Hoy toca una entrada extraña, simplemente voy a dejaros con el nuevo video de Los Chikos del Maiz junto a las personas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Una maravilla, de principio a fin. Espero que os guste.

martes, 7 de abril de 2015

Fin del sueño en el rio Weser



Cuando un viajero llega por avión a Bremen uno de los primeros edificios que ve, rodeado de bosques y a la orilla del rio Weser, es el Weserstadion, estadio donde juega sus partidos como local el Werder Bremen, equipo de la ciudad y un clásico de la Bundesliga. Por cierto, este sábado jugo contra el Mainz y fue espectacular ver a todos sus aficionados reunidos en las plazas de la ciudad bebiendo y tomando algo antes de ir a ver el partido, ojala se viera ese ambiente en España.

Eso sí, a cualquier aficionado valencianista, como yo, lo primero que se le pasa por la mente cuando se habla de Bremen es Vicente Rodríguez, y de aquel fatídico 29 de Septiembre de 2004 cuando jugando un partido de Champions League en el Weserstadion su tobillo izquierdo explotó y con él su carrera deportiva al máximo nivel. Y es que aquel día, con la salida de Vicente en camilla del campo del Werder Bremen, también terminó aquel Valencia C.F. que sorprendió a todos tanto en Liga como en Europa.

No lo negaré, de aquel equipo del doblete que Benítez logró ensamblar siempre consideré a Baraja como la estrella, el jugador diferente, el jugador que llevamos casi 10 años buscando y aun no hemos sido capaces de encontrar (no se equivoquen, Parejo no es Baraja, ni mucho menos). Pero entre los grandes jugadores de ese equipo, junto a Ayala y Cañizares, si que situaría a Vicente Rodríguez, para mí, y para muchos, el mejor extremo zurdo del mundo en aquel momento.

Y a partir de aquella lesión nada volvió a ser lo mismo, la recuperación no fue la correcta y el jugador entró dentro de una espiral de lesiones y problemas físicos que no solo lastraron su rendimiento sino que psicológicamente le afectó y el miedo a recaer de su lesión acabó por convertirlo en un futbolista con excesivas dudas para rendir a su nivel. Pese a todo siguió en el equipo y curiosamente cuando las lesiones les respetaron siguió demostrando su nivel hasta el final.

Pero el problema de Bremen no fue la lesión de uno de los puntales del equipo, sino que a partir de ahí pareció romperse toda la mística del viejo equipo de Benítez, y a partir de aquí aunque el Valencia, como Vicente, siguió compitiendo, jamás volvió a mostrar la misma capacidad para competir que había mostrado en los tres años anteriores. Todo acabó en Bremen; no solo la gran forma de Vicente, es por eso que pasar por el Weserstadion hace temblar a cualquier valencianista.

lunes, 6 de abril de 2015

Rolando y Bremen


Hoy vuelvo a escribir tras varios días lejos del teclado, y lo hago desde la ciudad de Bremen, en Alemania, donde he venido a ver a @OlgaBallester92. Para quien no lo sepa hago un pequeño resumen, Bremen, oficialmente Ciudad Libre Hanseática de Bremen es una ciudad-estado alemana (junto a su puerto, que esta 60 km al norte de ella, Bremerhaven) que se encuentra en el noroeste del país, junto al Rio Weser y relativamente cerca de los Países Bajos y del Mar del Norte. A decir verdad me está encantando la ciudad, y otras cercanas como Hamburgo, y ya os aviso que vais a ver varios artículos relacionados con este viaje, siendo este el primero.

Antes de nada he de decir que para mí este viaje está siendo muy ilustrativo, me enamore del norte de Alemania y de la Liga Hanseática (de la que hablaremos en otro momento) gracias al Patrician III durante mi infancia y desde entonces Bremen, Hamburgo y Lübeck (a la que no visitaré por desgracia) han sido ciudades marcadas en rojo para mí; por lo que este viaje esta siendo una maravilla. Y además estoy aprendiendo muchas curiosidades e historias que espero poder contar más pronto que tarde en el blog. Esta es la primera.

El protector de la libertad


En el centro de la Marktplatz de Bremen, justo enfrente de su ayuntamiento y mirando hacia la catedral se encuentra la Estatua de Rolando, un monumento de algo más de 10 metros hecho en piedra caliza y arenisca y nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004. Es un monumento erigido en 1404 por los ricoshombres que gobernaban la ciudad por aquel entonces y representa la libertad de las ciudades dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, aunque ha sido exportada por todo el mundo y  no es extraño encontrarla en otras ciudades como Riga o Dubrovnik.

Para entender todo lo relacionado con dicha estatua y su importancia para la ciudad hay que retroceder en el tiempo, y es que la Alta Edad Media fue un continuo luchar de la ciudad por alcanzar su independencia del Principe-Arzobispo de Bremen, que deseaba controlarla. Este conflicto llegó a su cenit en el S. XIV, cuando el Alberto II de Brunswick alcanzó el arzobispado en 1360. Mas príncipe que arzobispo Alberto II fue un hombre capaz y al llegar al poder consiguió aumentar su base territorial sometiendo a las ciudades vecinas, incluso trato de aprovechar los problemas internos de Bremen para doblegarla, pero no fue posible.

En 1366 un grupo de notables de la ciudad fue expulsado de ella por el Consejo de la Ciudad y estos pidieron ayuda al Príncipe-Arzobispo, que acudió encantado a ofrecerla. Pero como suele ocurrir en estos casos, cuando una facción en disputa pide ayuda al exterior en una guerra civil el recién llegado acaba haciéndose con todo. Eso fue lo que paso el 29 de Mayo de 1366, las tropas de Alberto II tomaron la ciudad, la saquearon y colocaron en lugar del viejo consejo uno nuevo que le fuera fiel. No contento con ello obligo a la entrega de 20.000 marcos y quemo la vieja estatua de Rolando, símbolo de la libertad de la ciudad, y que por aquel entonces era de madera.

Poco tiempo después la estrella de Alberto II terminó y en 1380 la ciudad no solo recupero su independencia, sino que aumento su territorio a costa del arzobispado, sumando diversos castillos a su poder.  Esto permitió a la ciudad recuperar su prosperidad gracias al comercio con la Liga Hanseática; lo que hizo que en 1404 la estatua de Rolando fuera reconstruida, pero esta vez de piedra, ocupando su lugar frente a la Catedral para defender la ciudad de los ataques de la Iglesia.

Cuenta la leyenda que la ciudad de Bremen será libre mientras Rolando siga en la plaza; por lo que el Ayuntamiento de Bremen conserva un copia en sus sótanos, lista para sustituir a la original si ocurriera algún problema.