lunes, 16 de noviembre de 2015

Me duele Europa



François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, fue un filósofo, historiador y abogado francés que vivió durante el llamado Siglo de las Luces, el S. XVIII, siendo una de las figuras más importantes de la llamada Ilustración. Es decir, el renacer de la creencia en la razón como la solución a todos los problemas de la humanidad. Su objetivo era perseguir la ignorancia, la superstición y la tiranía para conseguir un mundo mejor. Suya es una frase que me gustaría hacer mía: “El ateísmo es el vicio de unas pocas personas inteligentes”. Es algo en lo que pensé nada más enterarme del atentado de París y forma parte de una reflexión más general, que hare a continuación. Creo que la religión es algo pernicioso para el hombre, es algo que he dicho en más de una ocasión, pero eso no me hace creer que todos los musulmanes sean culpables de la amenaza yihadista en la que vivimos. La religión es un problema porque atenta contra la razón y es un bastión de la ignorancia y la superstición, que acaba en tiranía derivando en tiranía, o en mentes manejables que hacen barbaridades como las del pasado viernes.

He llamado a mi entrada de hoy “Me duele Europa” y he empezado mencionando a Voltaire porque considero que son dos conceptos que deberían ir unidos. La Ilustración empezó una época en la cual Europa se fue convirtiendo, poco a poco, con las tensiones propias de la transformación, Revoluciones, Guerras Napoleónicas, Guerras Mundiales… A lo que es en la actualidad, o como mínimo a lo que era hasta hace unos años, un bastión de la razón frente a la barbarie y la ignorancia. Y ojo, no quiero que suene etnocéntrico, simplemente me refiero a que como proyecto común Europa ofrecía una serie de valores que emergían directamente de Voltaire y de otros filósofos de la Ilustración a los cuales se les había ido dando forma con el paso del tiempo y con colaboraciones de otros como Marx o Nietzsche.

Esa herencia común que compartimos los europeos viene de lejos y es la que nos ha permitido crear una serie de valores de los cuales sentirnos orgullosos. Herederos de la Revolución Francesa, de Robespierre, de Danton, de Lafayette y de tantos otros… En resumen. Herederos de esas tres ideas sobre las cuales se basa la democracia moderna: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Y esas ideas las que fueron atacadas en París el pasado viernes, en un acto de tremendo simbolismo si lo vemos de este modo.

Pero el problema es que el ataque hacia esos valores europeos no ha venido necesariamente de fuera. Que no se me malinterprete aquí, quienes dispararon el gatillo obviamente atacaron el sistema desde fuera, pero el ataque no se detuvo ahí. Si, los terroristas eran yihadistas y estaban dirigidos por alguna de la multitud de facciones islamistas que combaten en Siria e Iraq y que los medios de comunicación llaman “Estado Islámico”; pero el ataque a los valores europeos no se detuvo con el último de los disparos en París.

Esta noche, aviones de la República Francesa han vuelto a atacar esos ideales mientras soltaban su carga mortífera sobre la ciudad siria de Al Raqqa, en el centro del país, y hogar según el último censo de más de 220 mil personas; numero seguramente inferior debido a la Guerra Civil que azota el país desde hace más de cuatro años. ¿El objetivo? El “Cuartel General del Estado Islámico”. ¿Los civiles? Son sirios… En fin. De nuevo otro ataque a esos valores de los que hablábamos, y por desgracia esta vez desde dentro de Europa.



Si, se ha de hacer algo contra el yihadismo, estoy de acuerdo, pero dudo que ese algo sea seguir bombardeando “posiciones” de una organización terrorista que se basa en tácticas de guerrillas para combatir. Seamos sinceros, el Estado Islámico, aunque algunos quieran convencernos de lo contrario, no es un país, y bombardear una ciudad no servirá de nada, la evacuaran y cambiaran de zona. Parece mentira que occidente no aprendiera esto tras la derrota en Vietnam, no se puede ganar una guerra no convencional con tácticas convencionales, el bombardeo aéreo no es una opción. ¿Es por tanto la solución una invasión terrestre? Tampoco lo creo, Rusia está aplicando tácticas similares y no parece que se puedan detener los atentados, aunque por supuesto han recuperado gran parte del territorio sirio, ya es algo más de lo que ha logrado occidente con sus bombardeos en dos años.

La Guerra no es la solución, la solución hay que buscarla en otras partes. Al terrorismo no se le vence por las armas, se le vence con inteligencia y asfixiándolo. Se le vence negándoles suministros, se le vence haciendo que Turquía, aliado de Europa, deje de armar y entrenar yihadistas para combatir a sus propios habitantes kurdos. Se le vence haciendo que Arabia Saudí, otro aliado de Europa, deje de venderles armamento para poder seguir desestabilizando a Irán y Siria, sus dos grandes rivales de la región. Pero sobre todo se le vence dejando de utilizar y reforzar los propios terroristas para hacerse con el control de la región, algo que occidente lleva haciendo desde la Guerra de Afganistán contra la URSS en los 80.

Final de Rambo III, pelicula dedicada a los combatientes yihadistas aliados de EEUU en Afganistán
Pero sobre todo se le vence dejando atrás de una vez los intereses coloniales, se le vence dejando de desestabilizar países solidos como Libia y Siria porque no venden petróleo barato. Se le vence dejando usar cualquier arma para hacernos con el poder y seguir controlando otros países porque consideramos que son inferiores. Y sobre todo se le vence dejando de crear guerras para seguir haciendo negocio con el armamento. ¿Un ejemplo? El Ministro de Defensa español, Pedro Morenés, es un directivo de la Industria Armamentística, responsable incluso de fabricar bombas de racimo, prohibidas por organismos internacionales. ¿Sospechoso? Pues es solo España, imaginad esto aumentado al nivel de lobby en Estados Unidos.

Y es que los valores europeos no son atacados por terroristas, sino que por desgracia son atacados por nuestros propios líderes, que día si día también nos exponen al terror por sus ansias de poder o de beneficios. Son esos intereses de las elites los que meten a Europa en guerras donde tiene poco que ganar y los convierte en objetivos de grupos terroristas. Y es que al final quien acaba pagando siempre es el pueblo, tanto en Europa como en Siria, o el Libano, o Iraq… Y es que la cuestión es que el enemigo no es de raza, sino de clase, y cuando antes lo veamos antes evitaremos nuevas tragedias. Como decía, me duele Europa, pero no por ataques desde fuera, sino por ataques de los propios europeos.

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