Hoy, 14 de Abril, se celebra
el Día de la República, ya que en el mismo día pero en 1931 se proclamaba tras
una derrota monárquica en unas Elecciones Municipales la II República Española.
En este blog somos muy aficionados a la historia y más aún si es republicana, pero
consideramos que la II República y el Golpe de Estado que terminó con ella es
un periodo muy estudiado, así que vamos a irnos un pelín más hacia atrás.
Porque si hubo una II República es que antes hubo una I República. ¿Es lógico no?
Pues vamos a ver como ocurrió.
Sesenta y cinco años antes, es
decir, en 1866, España sufría la primera gran crisis capitalista de su
historia. La falta de algodón derivada por la Guerra de Secesión Americana
hacia quebrar la industria textil catalana y se llevaba por delante, además, a
multitud de compañías ferroviarias y con ellas instituciones de crédito. ¿Nos
suena? Es lo que tiene el capitalismo, que es una crisis constante. Esto acabó
pasando al campo y el desempleo y las malas cosechas terminaron abocando a
crisis de subsistencias en 1867 y 1868. Isabel II, incapaz de reaccionar y
señalada por muchos como culpable (la corrupción campaba a sus anchas en las compañías
ferroviarias, donde la Corona metía el cazo. ¿Nos vuelve a sonar no?) se apoyó
en el conservador General Narváez, cerró las Cortes e inicio una represión.
Finalmente a la muerte de Narváez
en 1868 una coalición de fuerzas Progresistas y Democráticas, dirigidas por los
Generales Prim y Serrano y el Almirante Topete dan un golpe de estado; hacen
exiliarse a Isabel II e inician el llamado Sexenio Democrático. Lo que en un
principio era un golpe militar, uno de tantos en el S. XIX, acabó convirtiéndose
en “Revolución” por el apoyo de la burguesía al golpe, lo que le doto de cierto
aire civil.
La idea original era convocar
unas Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino, algo que ocurriría
por primera vez en España, y delegar en estas la decisión sobre qué modelo de
estado crear. Pero el plan no sobrevivió a su choque con la realidad, el
presidente del gobierno provisional era el General Serrano, un hombre moderado
y conservador que se había rebelado contra la reina buscando poder, se mostró
partidario de la monarquía y de buscar un nuevo rey. Esto dividió a las fuerzas
que habían apoyado el golpe, pero las elecciones ofrecieron suficiente poder a
Serrano para imponer sus ideas, convirtiéndose en Regente.
Y aquí empieza lo divertido.
Serrano y Prim empiezan entonces una búsqueda entre las casas reales europeas
que acabará ocasionando una gran guerra, cambiará el mapa europeo y servirá para
poco o nada. Como era de esperar cada partido tenía su favorito y las potencias
europeas también, por ejemplo estaba el francés Duque de Montpensier, Antonio
de Orleans, cuñado de la Isabel II y que perdió cualquier opción debido a que
mató en un duelo a su primo, Enrique de Borbón, otro cuñado de Isabel II. Muy romántico
y decimonónico todo. Eso hizo que el mejor colocado fuera Leopoldo de
Hohenzollern-Sigmaringen, príncipe prusiano y familiar del Kaiser que para los
españoles acabo siendo conocido como Leopoldo Ole Ole Si Me Eligen, por la dificultad de su apellido.
Prim, Topete y Serrano subastando la Corona de España |
Pero claro, Leopoldo era
prusiano y Napoleón III, Emperador de los Franceses, no quería saber nada de
tener prusianos en sus dos fronteras. Su insistencia acabo ocasionando la
retirada de la candidatura de Leopoldo, pero también la Guerra Franco-Prusiana,
su derrota en Sedan, el fin del Imperio Francés, la proclamación de la Comuna
de París, la conversión de Francia en una república y la proclamación del Imperio
Alemán en la Sala de los Espejos de Versalles. Todo ello por la búsqueda española
de un rey, si es que cuando nos ponemos sabemos cambiar Europa sin tercios ni
nada; quizá ha llegado el momento de buscar un nuevo rey a ver qué pasa…
Esto llevó al ofrecimiento de
la corona a Fernando de Sajonia-Coburgo-Gotha, Rey Consorte de Portugal y que había
demostrado una gran habilidad en los asuntos de estado junto a su esposa
modernizando el país y aumentando su bienestar. Pero el portugués (aunque de
ascendencia alemana) viendo el percal que había en el país vecino declino
amablemente la propuesta. Esto dejó a Amadeo de Saboya, segundo hijo del Rey Víctor
Manuel II de Piamonte-Cerdeña, el rey unificador de Italia. Sobre el papel era
un buen candidato: alto, bien parecido, perteneciente a una dinastía prestigiosa,
católico, de ideas liberales y progresistas y con un buen currículo, sobre todo
a nivel militar, donde había destacado en la Batalla de Custoza frente al
Imperio Austriaco. Si a ello le sumamos que no era familiar de los viejos
reyes, no mataba primos ni causaba guerras europeas la duda que nos queda es
porque no lo eligieron el primero.
Amadeo de Saboya |
Ya con Amadeo de Saboya
elegido y dispuesto a tomar la corona la cosa empezó a torcerse, el gran
valedor del nuevo monarca, el General Prim, entonces Jefe de Gobierno, es
asesinado en Madrid y con él la coalición entre progresistas y demócratas moderados
que había traído al rey es destruida. A partir de aquí el reinado de Amadeo de
Saboya, primera prueba en España de la llamada Monarquía Parlamentaria, será un
desastre tras otro. Para muestra un botón, en el sepelio de Prim el nuevo rey
le dijo a la esposa del general que encontraría a los responsables, a lo que la
mujer añadió: “No tendrá usted que buscar
muy lejos, Majestad”, lo que da una idea del nivel de problemas que había en
la corte real. En las Cortes tampoco iba a estar más a gusto, por ejemplo nada
más jurar la Constitución el líder republicano Emilio Castelar le dijo al rey: “Visto el estado de la opinión, Vuestra
Majestad debe irse, como seguramente se hubiera ido Leopoldo de Bélgica (sic,
por Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen), no sea que tenga un fin parecido al
de Maximiliano I de México...” Hay que recordar que Maximiliano I de México,
monarca europeo colocado por Francia en este país latinoamericano, había sido
fusilado por sus propios súbditos solo 3 años antes.
Muerto Prim a Amadeo de Saboya
en España no lo quería nadie. No solo los republicanos se enfrentaban a él,
sino que entre las fuerzas sobre las que a priori podía haber basado su reinado
tampoco encontraba estima. Los viejos Carlistas habían vuelto a su deporte
favorito de echarse al monte y habían organizado una nueva guerra para colocar
en el trono a su candidato Carlos VII mientras que la Iglesia y la Alta Nobleza
veían en Amadeo un advenedizo extranjero puesto por los revolucionarios y
ansiaban la vuelta de los Borbones en la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel
II. Y aunque sobre el papel en las Cortes carecían de poder dominaban otras
facetas de la vida pública, los republicanos controlaban las grandes ciudades
(Gobernaban en 20 capitales de provincia) con sus milicias, los carlistas poseían
las zonas rurales de País Vasco, Navarra y Catalunya y la Alta Nobleza y la
Iglesia podían hacer la vida en la corte imposible si la boicoteaban, como
hicieron. A todo esto había que sumar una nueva guerra en Cuba, que seguía peleando
por la independencia.
Amadeo I ante el cuerpo del General Prim |
Curiosamente Amadeo de Saboya,
vistas las circunstancias, fue capaz de mantenerse en el trono e incluso consiguió
en cierta manera reconstruir la coalición que había creado Prim y crear un
bipartidismo sobre el cual basar su gobierno (Otra cosa que tampoco es nueva…).
De la mano de los Progresistas, de cariz más conservador y dirigidos por
Sagasta (Eterno superviviente, será la pata izquierda de la Monarquía
siguiente, la de Alfonso XII, junto a Canovas) y de los Radicales Demócratas de
Ruiz Zorrilla la monarquía pareció recuperar la normalidad, hasta que la esclavitud
hizo saltar todo por los aires. Ruiz Zorrilla buscó solucionar el problema en
Cuba aboliendo la esclavitud (aún existía en las colonias por entonces) y
entregando mayor autonomía a los cubanos; esto hizo estallar al lobby negrero
llamado Circulo Hispano-Ultramarino que inició una campaña brutal para terminar
con el gobierno alegando a una posible “rotura de España” si se cedía en Cuba
(nos sigue sonando, ¿Verdad?). Finalmente la puntilla llegó, de nuevo, de los
militares; el Arma de Artillería, que no deseaba servir bajo un General de Infantería,
se enfrentó al rey que acabó por disolverla, disolviendo con ello su reinado.
El 10 de Febrero de 1873
Amadeo de Saboya, hasta la polla de los españoles, abdicaba y se volvía a Italia
cansado y asqueado de tratar de gobernar un país que no dejaba gobernarse. “Dos años largos ha que ciño la corona de
España, y la España vive en constante lucha…” El pobre hombre no podía más
y otra oportunidad de modernizar el país se perdía. Esa misma tarde las Cortes,
ante la evidencia, proclamaban la I República porque no quedaba otra opción realmente…
La República, como la monarquía anterior, nació muerta, debido a sus pocos
apoyos y la división de los republicanos. Tanto es así que en nueve meses de
República se sucederán cuatro gobiernos y un golpe de estado. ¿Y luego? Luego
los borbones, los caciques, el turnismo, las dictaduras militares… hasta 1931.
Pero eso es otra historia.
La soledad del Rey |