miércoles, 7 de enero de 2015

En nombre de Dios


Esta va a ser corta. Corta pero necesaria. Y es que tengo el tiempo justo de un descanso entre clases para ponerme a escribir pero pienso aprovecharlo. Como es obvio voy a hablar del ataque a Charlie Hebdo. Por si alguien no lo sabe hoy han muerto en Paris 12 personas en un ataque islamista a la sede de una revista satírica que hace un tiempo hizo humor sobre Mahoma.
                      
No voy a entrar a hacer análisis sesudos sobre causas probables o no. Voy a hablar de otras cosas que creo que pueden ser más interesantes. Soy anticlerical, lo he sido siempre, además de ateo. Es curioso. No soy antirreligión, solo anticlerical. Puedo llegar a entender que alguien crea en algo superior a nosotros aunque yo no lo hago. Yo soy una persona lógica y que considera absurda la creencia en un ser superior, pero eso no quita que respete a quien no lo haga, están en su derecho a creer en ello. En cambio soy anticlerical. No tengo un problema con la idea de dios, tengo un problema con sus representantes en la tierra. A gente que bajo su nombre hace las mayores barbaridades posibles.

Y ojo. Esto no es un ataque al Islam, o al Cristianismo, o a cualquier otra religión. Es un ataque a sus extremistas. Y no nos engañemos. No creo que la lectura deba ser que el Islam es así. Simplemente unos enfermos de la cabeza usan el Islam para hacer barbaridades, otros usan el futbol para ello. Y no es un problema exclusivamente islámico, no nos creamos superiores, las Cruzadas, la Santa Inquisición, o ejemplos más cercanos como la homofobia o los problemas con el aborto nos muestran que también aquí hay extremistas, aunque no se líen a tiros.

Y es que aquí en España también tenemos un problema con los extremistas religiosos. No, no, no me refiero a los cuatro "yihadistas" ceutíes que el Ministro de Interior, perteneciente a otra secta ultra católica como el Opus Dei, se jacta de detener de vez en cuando. Los tenemos tratando de legislar con la Biblia en la mano. Diciéndonos que es un matrimonio o que no se puede abortar porque a su amigo imaginario no le hace gracia. Esto también es extremismo religioso, aunque sea el nuestro.

Ahora veremos a muchos decir, con la superioridad moral que les caracteriza, lo malo que es el Islam. Este ataque, de nuevo, les da motivos a los que consideran que Europa debe ser xenófoba. No, nada más lejos de la realidad, esto no es cuestión de razas o de religión, es cuestión de tener un cerebro abierto y permitir que haya gente que no piense como tú o crea en lo que tú crees. Y el problema no es solo el islamismo radical que asalta revistas, el problema también es a los que, aquí, tratan de evitar que la gente sea libre porque no está de acuerdo con su religión.

Y quien quiera creer en un dios, que lo haga, y quien no quiera hacerlo que no lo haga. Es lo importante. Que nadie imponga nada. Por eso jamás entenderé que en este estado, laico en teoría, sigamos pagando el sueldo de los curas o la Iglesia no pague el IBI. Y eso en un país donde hay gente que pasa hambre no son disparos, pero también es violencia.


En homenaje a Charb, director de la publicación, a todos los fallecidos hoy y a los que han fallecido y fallecerán por defender la libertad de expresión.

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