Hace una semana alguien
comento en Twitter algo sobre Kiko Femenía y me entró la curiosidad por saber
que había sido de este futbolista, al que perdí la pista cuando decidió fichar
por el Barcelona B hace unos años.
Aparición repentina
Kiko Femenía apareció en Primera
División en 2010, tras una gran temporada en la Segunda División en la que
ayudo a su equipo, el Hércules de Alicante, a ascender. En el partido de su
debut en la élite, frente al Athletic Club en el José Rico Pérez, Kiko sufrió
un ataque de ansiedad tras perder varios balones. Le pudo la presión del debut
en Primera con el club de sus amores. Esta presión, y su dificultad para
soportarla, será una tónica habitual en su carrera hasta el día de hoy. El
final del episodio es conocido, con Rufete, actual Director Deportivo del
Valencia C.F. calmando y tranquilizando a su compañero desde la banda para que
se recuperara, como se ve en el video.
Aquella temporada acabó con el
descenso del equipo, pero Kiko había llamado la atención de los grandes equipos
del país tras un muy buen trabajo y decidió fichar por el FC Barcelona para
jugar en su filial. Jamás entendí esta decisión, había mejores destinos sobre
el papel si quería seguir creciendo, uno de ellos el propio Valencia C.F. donde
podía haber seguido cerca de casa y jugado en Primera División, pero al final
optó por el glamour de la Masía, en la que fue su perdición.
Malas decisiones
Nunca me han gustado los
futbolistas así, si soy sincero. Triunfar en estos equipos siendo joven y
viniendo desde abajo es prácticamente imposible, porque seamos sinceros, la
mentira de la apuesta por la cantera del FC Barcelona ya no se la cree nadie. ¿Cuánto
hace que no sacan ningún canterano? En fin. Lo dicho, ese fue el primer gran
error de Femenía. No digo que tuviera que haber venido al Valencia, ni mucho
menos, simplemente digo que quizá el paso por un equipo medio de Primera División
hubiese sido a nivel de crecimiento mucha mejor decisión que irse al filial de
un grande.
Pese a todo su primera temporada
en el FC Barcelona no fue mala del todo. Disputo muchos partidos a buen nivel
en el filial y cumplió con lo esperado. Pero la promesa de subir al primer
equipo que había recibido cuando fichó no se cumplió y hastiado decidió abandonar
la Ciudad Condal dos temporadas después, en verano de 2013. ¿Cuál fue el
problema esta vez? Alegó que no había encontrado sintonía con la directiva y el
cuerpo técnico. El problema, más grave, era que las oportunidades en el primer
equipo no llegaban y Kiko se fue hundiendo mental y anímicamente bajando con
ello su rendimiento.
Su salida del FC Barcelona podía
haber sido su salvación de haber obrado con cabeza. De nuevo tenia ofertas de
Primera División y había gente que aun confiaba en él y lo veía capaz de
aportar cositas en la élite. Pero en una nueva mala decisión decidió irse al
Real Madrid, a jugar en el Castilla. Como era de esperar las cosas no salieron
y solo disputo cinco partidos antes de salir, el pasado verano, rumbo al paro.
Esperanza
Hasta hace un tiempo Femenía
estuvo entrenando con el equipo de su vida, el Hércules de Alicante, que
actualmente milita en Segunda División B. Eso sí, descartó que vaya a fichar
por ellos y esperaba ofertas para volver a la competición. Sin equipos grandes
en los que tirar su carrera esperaba que algún equipo extranjero se fije en él
ya que desea “cambiar de aires”. Pero al final llegó al rescate el que fuera su
tutor en el Herculés, José Bordalás, que ahora entrena al Alcorcón en Segunda División.
Quizá, de haber optado por ese camino hace cuatro años hubiera evitado su
calvario.
Una de las curiosidades
alrededor de este futbolista es que ha sido usado como arma arrojadiza contra
el rival por parte de la prensa madridista y culé tras la salida de los
filiales contrarios. Como vemos aquí y aquí. Una enorme metáfora de cómo los
dos grandes han hecho mucho daño a un futbolista que prometía en sus inicios.
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