viernes, 27 de febrero de 2015

La otra guerra de Julio Cesar





Hoy toca hablar de la calvicie, pero más concretamente de la calvicie en la Antigua Roma, y es que este problema lleva atormentando a los hombres desde el principio de los tiempos. Pero en una sociedad como la romana, que por lo que sabemos era muy semejante, a nivel social, a la actual, podemos ver con mayor claridad el alcance del problema, ya que vemos los trastornos  psicológicos que trajo a ciertos personajes de renombre e incluso encontrar productos como crecepelos.

Recapitulemos, en la Antigua Roma el pelo era un símbolo de virilidad, fertilidad y poder en los hombres, y se asociaba su caída con la llegada de la vejez y por tanto la perdida de dichas facultades. Hablamos por supuesto siempre del pelo de la cabeza, ya que los romanos, como el resto de hombres de la época clásica, habían dejado de tener barba desde la época de Alejandro Magno, que puso de moda el afeitarse en la Grecia Clásica; este cambio cultural llegó a Roma con Escipión el Africano, vencedor de Aníbal y al que dedicaremos otra entrada más pronto que tarde. En fin, para resumir, vemos la importancia del pelo en Roma con esta cita del poeta Ovidio: Feo es el campo sin hierba, y el arbusto sin hojas, y la cabeza sin pelo”.

El primero de los grandes hombres que tuvo serios problemas con la alopecia fue el más grande de los romanos, Cayo Julio Cesar, y combatió contra este mal como si fueran los galos. Incluso convenció al Senado para que le permitiera vestir siempre con la corona de laurel, que a priori solo se usaba en los Juegos Olímpicos, para conseguir disimular sus entradas. También se cuenta que cuando ordenó ejecutar al líder galo Vercingétorix también hizo que le cortaran su larga melena rubia para hacerse una peluca con ella.

Eso sí, esta calvicie llego a ser motivo de orgullo para sus legionarios. Tras sus victorias frente a los galos y asegurarse la tranquilidad política en Roma al vencer la Guerra Civil decidió celebrar distintos triunfos, eso sí, negándose a celebrar sus victorias frente a Pompeyo y otros romanos durante dicha guerra. Un Triunfo, para quien no lo sepa, era una ceremonia religiosa que se celebraba en Roma en honor a un general victorioso y sus legionarios. En él desfilaban los magistrados, senadores,  el botín capturado, los prisioneros y finalmente el general con un carro de oro tirado por caballos blancos, con un esclavo que le sostenía una corona de laurel sobre la cabeza y le repetía constantemente "Recuerda que no eres un Dios". Otra de las características de los triunfos era que en medio del ambiente festivo los legionarios coreaban consignas e incluso se les permitía cantar canciones obscenas contra su propio general; en uno de dichos Triunfos los legionarios de Cesar entrar en Roma cantando:  "¡Romanos, encerrad en casa vuestras mujeres e hijas, que aquí vuelve el putero calvo!" Y es que si algo también tenia Cesar es que era un mujeriego.

Domiciano
Eso sí, esta lucha contra la caída del pelo no fue exclusiva de Julio Cesar. Como antes decíamos se han encontrado diversas soluciones "medicinales" realizadas en Roma para evitarlo, incluso una basada en la aplicación sobre el cabello de  ratas quemadas, dientes de caballo, grasa de oso y vísceras de venado. También otros emperadores sufrieron alopecia, como Tiberio que tenía grandes entradas y lo solucionaba dejándose el pelo largo detrás de la cabeza y peinándose hacia delante, o Domiciano que usaba pelucas para disimular.

2 comentarios:

  1. Entonces viene de ahí lo de "hide yo children, hide yo wife"? Me parto xD

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    1. Si, proede de ahi. Curiosamente gran parte de las cosas que ahora realizamos y forman parte de nuestra cultura proceden de la cultura romana. Incluso cosas triviales.

      Gracias por pasarte.

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