Hoy
toca hablar de la calvicie, pero más concretamente de la calvicie en la Antigua
Roma, y es que este problema lleva atormentando a los hombres desde el
principio de los tiempos. Pero en una sociedad como la romana, que por lo que
sabemos era muy semejante, a nivel social, a la actual, podemos ver con mayor
claridad el alcance del problema, ya que vemos los trastornos psicológicos que trajo a ciertos personajes de
renombre e incluso encontrar productos como crecepelos.
Recapitulemos,
en la Antigua Roma el pelo era un símbolo de virilidad, fertilidad y poder en
los hombres, y se asociaba su caída con la llegada de la vejez y por tanto la
perdida de dichas facultades. Hablamos por supuesto siempre del pelo de la
cabeza, ya que los romanos, como el resto de hombres de la época clásica, habían
dejado de tener barba desde la época de Alejandro Magno, que puso de moda el
afeitarse en la Grecia Clásica; este cambio cultural llegó a Roma con Escipión
el Africano, vencedor de Aníbal y al que dedicaremos otra entrada más pronto
que tarde. En fin, para resumir, vemos la importancia del pelo en Roma con esta
cita del poeta Ovidio: “Feo es el
campo sin hierba, y el arbusto sin hojas, y la cabeza sin pelo”.
El
primero de los grandes hombres que tuvo serios problemas con la alopecia fue el
más grande de los romanos, Cayo Julio Cesar, y combatió contra este mal como si
fueran los galos. Incluso convenció al Senado para que le permitiera vestir
siempre con la corona de laurel, que a priori solo se usaba en los Juegos Olímpicos,
para conseguir disimular sus entradas. También se cuenta que cuando ordenó
ejecutar al líder galo Vercingétorix también
hizo que le cortaran su larga melena rubia para hacerse una peluca con ella.
Eso sí, esta
calvicie llego a ser motivo de orgullo para sus legionarios. Tras sus victorias
frente a los galos y asegurarse la tranquilidad política en Roma al vencer la
Guerra Civil decidió celebrar distintos triunfos, eso sí, negándose a celebrar
sus victorias frente a Pompeyo y otros romanos durante dicha guerra. Un
Triunfo, para quien no lo sepa, era una ceremonia religiosa que se celebraba en
Roma en honor a un general victorioso y sus legionarios. En él desfilaban los
magistrados, senadores, el botín
capturado, los prisioneros y finalmente el general con un carro de oro tirado
por caballos blancos, con un esclavo que le sostenía una corona de laurel sobre
la cabeza y le repetía constantemente "Recuerda que no eres un Dios".
Otra de las características de los triunfos era que en medio del ambiente
festivo los legionarios coreaban consignas e incluso se les permitía cantar
canciones obscenas contra su propio general; en uno de dichos Triunfos los
legionarios de Cesar entrar en Roma cantando: "¡Romanos,
encerrad en casa vuestras mujeres e hijas, que aquí vuelve el putero
calvo!" Y es que si algo también tenia Cesar es que era un mujeriego.
Domiciano |
Eso
sí, esta lucha contra la caída del pelo no fue exclusiva de Julio Cesar. Como
antes decíamos se han encontrado diversas soluciones "medicinales" realizadas
en Roma para evitarlo, incluso una basada en la aplicación sobre el cabello de ratas quemadas, dientes de caballo, grasa de
oso y vísceras de venado.
También otros emperadores sufrieron alopecia, como Tiberio que tenía grandes
entradas y lo solucionaba dejándose el pelo largo detrás de la cabeza y peinándose
hacia delante, o Domiciano que usaba pelucas para disimular.
Entonces viene de ahí lo de "hide yo children, hide yo wife"? Me parto xD
ResponderEliminarSi, proede de ahi. Curiosamente gran parte de las cosas que ahora realizamos y forman parte de nuestra cultura proceden de la cultura romana. Incluso cosas triviales.
EliminarGracias por pasarte.