Nos hemos acostumbrado a ver y
reconocer a los vikingos por una característica: Los cuernos de sus cascos. Nos
imaginamos a los vikingos como rudos y poderosos guerreros venidos del norte para
saquear y atemorizar a los pobres campesinos de la Europa Medieval. Pero
curiosamente, esta narración tiene un error histórico. Los vikingos jamás
llevaron cuernos en sus cascos.
Los Vikingos
Pero bueno, antes de explicar
por qué la cultura popular ha identificado a los vikingos con los cuernos, cual
Cholo Simeone, hay que poner en consideración distintas cosas. Los vikingos, en
el fondo, eran habitantes de Escandinavia (Actuales Dinamarca, Suecia, Noruega
y Finlandia) que durante el S. IX se vieron obligados a salir de sus hogares en
busca de nuevas tierras y riquezas. ¿Los motivos? Variados. Desde guerras
intestinas que obligaban al exilio a los perdedores, hasta la propia presión
demográfica, que hacía que la agricultura no pudiera sostener a más población
en aquellos territorios, excesivamente fríos para un buen cultivo.
Como buenos navegantes,
optaron por encontrar en el mar lo que no pudieron encontrar en sus tierras.
Así que los primeros grandes exploradores europeos fueron los vikingos:
descubrieron y colonizaron Islandia, se establecieron en Groenlandia e incluso
se cree que fueron los primeros en llegar a Norteamérica. A una tierra llamada
Vinland (Tierra de Viñas) que no ha podido localizarse en la actualidad, pero
que se supone que estaba cerca de la actual Nueva Inglaterra.
Pero por lo que pasaron a la
historia fue por el ataque y saqueo sistemático al que sometieron a cualquier
territorio con costa europeo, durante casi un siglo. Los primeros en recibir su
impacto fueron los anglosajones, que entonces habitaban en el actual Reino
Unido, pero al final ningún lugar bañado por agua -ya que eran capaces hasta de
remontar ríos (saquearon Sevilla, por ejemplo)-, se libró de su ataque.
Por supuesto la visión que nos
ha llegado ha sido empañada por la historia, ya que el miedo irracional que
vivió en aquel entonces el campesino europeo aún sigue latente. Su indefensión
era manifiesta ante ellos, ya que como paganos que eran, ni siquiera una
iglesia era un lugar seguro. Todo ello, sumado a que ningún príncipe cristiano
contaba con suficiente poder para plantarles cara, hizo que solo quedara
ampararse en Dios para la defensa: “De la furia de los hombres del norte líbranos,
Señor”. Por supuesto, al final no fueron tan terribles como parece y
curiosamente los lugares donde se asentaron y se cristianizaron (Normandía,
Sicilia, Kiev) vivieron épocas de esplendor durante su mandato. Y es que
demostraron ser personas eficientes y habilidosas en la administración, algo
que siguen demostrando hoy, y en comparación con otros señores feudales eran
gente “civilizada”.
Creación del mito
Esto obviamente lo sabemos
ahora, pero en el subconsciente europeo, la idea de ver a los vikingos como
gente terrible aún estaba presente durante el S. XIX, incluso en la propia
Escandinavia. En 1876 se publicó en Suecia una edición de una saga islandesa
del S. XII llamada “La saga de
Frithiof". En ella las ilustraciones corrían a cargo de August Malmström, un pintor
sueco de cierto renombre en la época. Este artista, al ilustrar el libro, le
pareció que a los vikingos les faltaba maldad, por lo que decidió incluirles
unos cuernos en la cabeza para asimilarlos al diablo, creando una iconografía
que se incrementaría con otras obras artísticas de la época, como “El Anillo
del Nibelungo” de Wagner, donde de nuevo ciertos personajes de origen nórdico
aparecían con el famoso casco con cuernos.
Ilustración de "La Saga de Frithiof" |
Para terminar, según se ha podido demostrar arqueológicamente, los nórdicos llevaban cascos de hierro y cuero redondeados, con protecciones para nariz y mejillas, pero jamás cuernos, lo que complicaría el combate en exceso.
Otras curiosidades:
Vikingos con cuernos, Pablo Iglesias pro-etarra... Desde siempre, a atacar por miedo ;)
ResponderEliminarLa propaganda...
EliminarGracias por pasarte.