martes, 23 de diciembre de 2014

La vuelta del hijo pródigo



Hoy vengo a hablar de Pepe Mel, por dos motivos sobre todo. El primero porque es una persona diferente en nuestro futbol, no solo es entrenador sino que tiene una faceta como escritor con dos novelas publicadas, el segundo es que esta semana ha sido noticia debido a su vuelta al equipo de su vida.

Errores


Cuando el año pasado por estas fechas el Real Betis Balompié anunció la destitución de Pepe Mel al frente del equipo debido a los malos resultados del equipo. Era obvio que no se estaba en la mejor posición posible pero en mi opinión faltó la paciencia y la decisión fue un error. El tiempo, que da y quita razones, confirmó lo obvio. El equipo se equivocó destituyendo a Mel y lo pago con el descenso, mientras que su viejo entrenador lograba salvar, en una liga nueva para él como la Premier League, al West Bromwich Albion.

El Betis, desde la marcha de Mel, vive sumido en un caos interno que lo ha hecho dar con sus huesos en la Segunda División. La dirección deportiva ha sido un caos y las decisiones tomadas no seguían ningún patrón lógico más allá de trabajar a salto de mata. Pese a ello no está sufriendo en exceso, eso sí, pero hay que considerar que sobre el papel eran el mejor equipo de la división, ya que conservaban a gran parte de los jugadores de la pasada campaña, y esa superioridad no se está mostrando en el campo, pese a la racha de cuatro victorias seguidas que atesora en estos momentos.

Juan Merino
Y si, el Betis ha cambiado de entrenador en medio de una racha de victorias, en otra muestra de la “labor” que se está realizando en los despachos. Y es que en un año cuatro entrenadores, sin contar a Mel, se han sentado en el banquillo: Juan Carlos Garrido, Gabriel Calderón, Julio Velázquez y Juan Merino. Del primero y el tercero poco que añadir, aun no entiendo como coleccionando los fracasos que coleccionan aún hay gente que confía en ellos. Calderón, por el contrario, hizo un buen trabajo pero el equipo no logró salvarse, jamás entendí la decisión de no continuar con él. Y finalmente Merino, ¿Quién es Juan Merino?

Juan Merino era, hasta hace una semanas, el entrenador del filial del Betis, y eso es lo que seguirá siendo a partir de ahora. Con la marcha de Velázquez se decidió darle el control del primer equipo mientras se buscaba un nuevo entrenador, una maniobra habitual. Lo que no es tan habitual es que el entrenador interino logre ganar los cuatro partidos en los que se hace con el control del equipo. Lo lógico quizá hubiera sido seguir confiando en él, pero como decíamos anteriormente en el Betis no se hacen cosas lógicas.


Incoherencias


La directiva, que ya había decidido que era necesario un nuevo entrenador antes de ver los resultados de Merino, no ha sabido reaccionar ante este nuevo escenario y ha seguido con ello. Se valoraron distintas opciones, con Fernando Vázquez a la cabeza. Es más, se le llegó a ofrecer el puesto y había un acuerdo, pero la directiva, a la vista de los resultados, decidió incluir a Merino como segundo, lo que Vázquez aceptó. Pero la otra parte, Merino, no estaba dispuesto a ser la comparsa de nadie y rechazó esa opción ya que de ser así prefería seguir con su trabajo en el filial.

Visto el fracaso la mejor salida fue, como era de esperar, pedir a Pepe Mel que volviera a su casa para regresar a Primera División. El mismo Mel que hace un año fue despedido injustamente. Por suerte, es un hombre que de verdad ama a su club e incluso perdiendo dinero hará el trabajo poco gratificante del ascenso. Trabajo que no hubiera sido necesario si el año pasado la cordura se hubiera impuesto y Mel hubiera seguido en su puesto. Pero visto lo visto esperar cordura en Heliópolis es una quimera.

2 comentarios:

  1. La verdad es que fueron injustos destituyendo a Pepe Mel, no se lo merecía, y ahora que se dan cuenta del error le vuelven a llamar... en fin. Que tenga mucha suerte, y el Betis, a ver si espabila jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si. Un error, otro. Veremos si tienen suerte y suben

      Eliminar