jueves, 11 de diciembre de 2014

Mi problema con Juan Rallo



Esta mañana, gracias a esos maravillosos retwits que nos ofrece de vez en cuando @masaenfurecida y con los cuales conocemos a distintas especies de la fauna ultraderechista española he descubierto a @ArturoGVilla, otro de esos liberales con mucha corbata y poca vergüenza que parecen florecer a partir de las universidades privadas con el único objetivo de atacar la Educación Publica, que educa a otros que, a diferencia de ellos, no pueden pagar para ello.

En fin, su timeline es para echarle un ojo, y echarse a llorar, pero no es la cuestión, simplemente se dedica a repetir como un loro lo que otros le han dicho que diga. Y cuando se lo recuerdas contestan de malas maneras y con insultos, esa es la educación que reciben a tan alto coste.



 Juan de Mariana


En fin, este señor no tiene para mucho más, así que me gustaría hablar de otra persona que aparece en la conversación como Juan Ramón Rallo (@juanrallo). Doctor en Economía y Director del Instituto Juan de Mariana. He tenido diversos encontronazos ideológicos con él en Twitter pero he de reconocerle una cosa que el espécimen de arriba no tiene, y es que es una persona educada y con la que se puede hablar y discutir. No comparto sus ideales, pero no me molesta tener una discusión con él, se le ve un hombre inteligente e incluso hay facetas suyas que admiro aunque no comparta su visión de la economía.

Mi problema con Juan Rallo y su Instituto es diferente. Defienden una visión neoliberal de la economía donde contemplan la completa desaparición del estado y la asunción de sus competencias por parte del sector privado. Bueno, esto en realidad no es del todo cierto, necesitan de un estado y de sus cuerpos de seguridad para mantener sus propiedades.

En mi opinión esto es locura, y me explico. Soy un partidario de la economía de mercado y defiendo el sector privado en muchas de sus facetas, pero considero que sin un control correcto desde el gobierno las cosas se descontrolan. El mejor ejemplo es esta crisis, nadie puso frenos al mercado y ha acabado por cargarse la economía entera. Obviamente con esta idea no todos han perdido, hay gente que ha ganado y que obviamente defiende las ideas liberalistas del Doctor Rallo.

El principal error que veo a su doctrina es en dos sectores, la educación y la sanidad. Soy socialdemócrata y creo en la educación y la sanidad públicas y universales y no contemplo que esto sea posible dentro del sector privado. Dejar entrar al sector privado en estos sectores exige añadir a la ecuación la rentabilidad, y ojo, es posible ser rentable en estos sectores, la Quirón o gente como nuestro amigo de arriba demuestran que siempre habrá gente dispuesta a pagar por ello. El problema es otro, el problema es que en el mismo momento en que entra la rentabilidad en juego desaparece la universalidad. La rentabilidad exige que haya gente que pague por el servicio por lo que deja de ser un derecho.

Y esto tiene un efecto tremendo sobre un país. En el mismo momento en que negamos la sanidad y la educación a la gente que no puede pagarla podemos entrar en problemas como que la gente se muera por no recibir un tratamiento de Hepatitis C o que los más desfavorecidos no puedan entrar en el mercado laboral porque no tienen la preparación necesaria. ¿Nos suena? Cada vez que le comenté a Rallo esto me salió con distintos ejemplos que al final acababan en lo de siempre, en préstamos a estudiantes y seguros de sanidad privados.

Todo esto tiene simplemente un motivo. La sanidad y la educación son un nicho de mercado tremendo que aun el sector privado no ha sido capaz de explotar como ellos quisieran. Detrás de todo simplemente se esconde el interés de acabar con los servicios públicos para lucrarse con ellos. Y por ahí ya no voy a pasar. Diga lo que diga estos economistas convertidos, prácticamente, en una secta.

Conclusión



Y para terminar dos detalles. El Instituto Juan de Mariana afirma en sus estatutos que se niega a recibir subsidios públicos de ese estado que odian. Curiosamente Esperanza Aguirre les subvencionó y los premió en diversas ocasiones siendo Presidenta de la Comunidad de Madrid, además en circunstancias bastante “extrañas” por no decir otra palabra muy de moda en estos días. Esto lo podemos ver aquí y aquí. Y el último detalle de todos, como era de esperar y emulando a otras sectas cuando no les gusta lo que escuchan simplemente rehúyen la discusión.


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